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Con la huella del antecesor

  • El Racing mantiene su estela de equipo compacto a imagen y semejanza del bloque de Marcelino · Zigic, recién llegado, es su hombre de referencia en ataque

La marcha de Marcelino García Toral al final de la campaña pasada dejó un manantial de dudas en Santander en torno al rendimiento del equipo y su participación en la Copa de la UEFA. Resueltas quedaron cuando la Liga se convirtió en la única competición y el equipo encontró un punto de mira al que centrarse.

El trabajo de Juan Ramón López Muñiz comienza a dar sus frutos tras un inicio irregular y la falta de estabilidad de un once fijo. La llegada en el mercado invernal del serbio Zigic ha servido al cuadro técnico para encontrar una vía directa en el juego ofensivo, mientras que las eliminaciones de UEFA y Copa han restado responsabilidad a una plantilla que probablemente no estaba preparada para afrontar la triple competición.

Pese a todos los inconvenientes y a las odiosas comparaciones, este Racing no se diferencia en demasía del de Marcelino. Los 23 goles en contra convierten al equipo en el tercero menos goleado del campeonato, mientras que en el aspecto anotador su casillero indica que lleva un gol más que la pasada temporada a estas alturas. Un dato esclarecedor.

sin balón

No se caracteriza este Racing por su gran rendimiento defensivo, aunque suele partir de la solidez de su zaga para construir el ataque y buscar el contragolpe.

La presencia de Garay, mermado esta temporada por las lesiones -hoy no juega-, asegura una buena salida de balón, mientras que la gran sorpresa la protagoniza Marcano, polivalente defensor que Muñiz utiliza ahora como lateral izquierdo. Por el flanco diestro, Valera parece haberse hecho un sitio gracias a sus insistentes subidas y la ayuda al centro del campo.

La formación del doble pivote es la mayor problemática del técnico, que ha variado a sus dueños durante toda la campaña. El francés Luccin no ha dado un rendimiento regular, mientras que Colsa sigue siendo ese proyecto de medio ofensivo sin resultado concluso. El que parece haberse hecho con un sitio es Lacen, que equilibra a la perfección el balance defensivo racinguista gracias a su movilidad. El trabajo en la presión de los puntas, sobre todo cuando están en el campo Jonathan Pereira y Munitis, supone un golpe al control de juego rival.

con balón

Gran parte del juego racinguista pasa por los pies de Colsa, principal responsable de que los extremos intervengan en el juego. La gran temporada de Óscar Serrano convierte al lado izquierdo en el más peligroso, más aún cuando por ahí cae Jonathan Pereira, especialista en desequilibrar a los defensas con sus eléctricos cambios de ritmo. Junto al gallego, Munitis protagoniza gran parte del juego ofensivo, mientras que Zigic ha llegado en el mercado invernal para ser la referencia real en la punta, cambiando todo el sistema de Muñiz y convirtiéndose en el punto de partida de cada estrategia. Las salidas al contragolpe resultan decisivas con espacio por delante, sobre todo cuando el impecable juego de espaldas de Zigic posibilita la aparición del resto de atacantes.

lo mejor

La confianza del equipo tras los últimos resultados y la presencia de Zigic en el frente del ataque, garantía de peligro incluso cuando el juego no se encuentra en su mejor periodo de lucidez.

lo peor

La escasa aportación defensiva de los mediocampistas más ofensivos y la falta de experiencia de algunos jugadores resultan claves en momentos de incertidumbre.

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