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Este 'muerto' está muy vivo

  • El Sevilla se siente fuerte y confía en poner en aprietos e incluso poder eliminar al Real Madrid en el Bernabéu · El 0-1 de la ida da toda la ventaja a los locales, pero está el orgullo de los campeones.

Segundo asalto en busca de la final copera de 2011 y un favorito clarísimo en todas las quinielas, el Real Madrid de los portugueses Mourinho y Cristiano Ronaldo. El 0-1 de la ida, materializado por Benzema, le da una gran ventaja a los propietarios del Santiago Bernabéu, que es donde se litiga todo, pero en el otro rincón estará un adversario que no se siente inferior ni siquiera por ese primer resultado adverso. Se trata del Sevilla Fútbol Club, todavía campeón vigente de la Copa del Rey e integrado por un grupo de futbolistas que ya ha demostrado su orgullo en más de un precedente. Tanto que ninguno de ellos se ve eliminado pese a las dificultades.

Cristiano Ronaldo, precisamente el que lloriquea respecto al público de Pamplona cuando cae derrotado, ya pavoneó la semana pasada anticipando que la final la jugarían el Barcelona y el Real Madrid sin esperar siquiera a la vuelta. Es evidente que las casas de apuestas le darán casi toda la razón a ese CR7 que es tan gran futbolista en el campo como petulante fuera de él, pero eso, casi toda, porque el muerto, en este caso el Sevilla, se siente aún muy vivo y no había más que palpar el sentir de los expedicionarios que en la tarde de ayer se subían en Santa Justa al AVE con destino a Atocha, Madrid, para percatarse de ello.

El Sevilla, lejos de lo que tal vez sería lo más normal, no se siente derrotado antes de que Fernando Teixeira Vitienes dé la orden de que el balón eche a rodar. Más bien es todo lo contrario, las soflamas de José María del Nido en la ida, vía anuncios televisivos, sms o de los mil y un mensajes que ideó, aún siguen vigentes y la tropa de Gregorio Manzano atisba la posibilidad de realizar una hombrada en el coliseo de La Castellana. Porque meter el nombre del Sevilla en la próxima final de la Copa del Rey sería una verdadera heroicidad, una gesta deportiva de incalculable valor por mucho que desde algunos sitios ya se pueda leer o escuchar que este Real Madrid tiene, y es una exageración tan desmesurada como lo contrario, el potencial deportivo del Alcorcón o algo así.

Desgraciadamente para quienes profesan la fe balompédica sevillista, no es así, el Real Madrid, Mourinho en este caso, podrá contar esta noche con Cristiano Ronaldo, Kaká, dos Balones de Oro, Casillas, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Albiol, Arbeloa, cinco campeones del mundo, y una clase media que incluye a contrataciones tan onerosas como Benzema, Özil, Khedira, Di María, Lassana Diarra, Marcelo o Adebayor, el último en llegar a semejante constelación de estrellas. E incluso se deja fuera de la convocatoria a futbolistas muy apetecibles para el resto de los mortales.

El Sevilla, sin embargo, se siente fuerte y huye de cualquier síntoma de debilidad. También se vanagloria de su plantilla, de Jesús Navas, de Kanoute, de Luis Fabiano, de Zokora, de Escudé, de Perotti y del hasta hace poco desahuciado Romaric. El duelo, indudablemente, reunirá sobre el césped a un puñado de buenos futbolistas y sobre esa premisa habrá que ver quiénes son los que están más acertados en la noche de hoy.

A partir de ahí llegan algunas de las claves para que todo se decante hacia un lado o hacia otro y la primera tal vez tenga mucho que ver con la intensidad con la que sea capaz de manejarse el Sevilla en este encuentro. El Real Madrid transmite síntomas de debilidad, incluso lo reconoce un Mourinho que ayer sorprendía a toda la prensa capitalina al afirmar que los suyos no están acostumbrados a jugar miércoles y domingo. Y el portugués seguro que se fue para su casa creyendo que es el más listo de todos mientras que nadie osa discutirle ni la mayor de las tonterías. Por ejemplo, que nadie lo cuestionara de verdad sobre por qué siempre juegan los mismos en un grupo de futbolistas en el que el que menos ha costado se fue a los mil millones de las antiguas pesetas.

Bien hace el Sevilla, de cualquier manera, en mantenerse al margen, en intentar enfriar el ambiente en todo lo que sea posible, porque este partido exigirá esfuerzo en forma de intensidad para tratar de madurar al adversario; paciencia para saber que no hay que volverse locos, y está muy cerca el ejemplo del Betis en Zaragoza o Getafe por mucho que el Bernabéu no sea lo mismo; y una efectividad tremenda en las llegadas arriba. Claro que es difícil, muy difícil en un fútbol español que clama por una final entre el Barcelona y el Real Madrid, pero el Sevilla tiene sus opciones en este segundo encuentro y llegó ayer a Madrid con la convicción de que puede superar semejante reto. De momento, el marcador registra un 0-1 a favor del Real Madrid, pero quién sabe cómo quedará la cosa a medianoche. Ah, va 0-1, pero igual debió ir 1-1, aunque claro, según Stephen Hawking y las fórmulas de la física, jamás el ojo humano, el de Fermín el del banderín, el remate de Luis Fabiano no llegó a entrar del todo. Si hubiera sido al revés...

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