Celta-sevilla

El presente, Emery sólo ve el presente

  • El técnico sevillista pide máxima tensión en Balaídos pese al holgado 4-0 de la ida y pide no anticipar la final "Tenemos que vivir una semifinal, después no hay nada", dijo desechando cualquier exceso de confianza.

Sobre la cautela, el trabajo y el respeto al rival, fuera cual fuese éste y en cualquier circunstancia, ha labrado Unai Emery su exitosa trayectoria en el Sevilla. Al entrenador blanquirrojo no han debido gustarle algunos mensajes que ha oído o visto, no ya en el club, que en ningún momento ha sacado, sino en las redes sociales. Quizá por eso fue tan puntilloso en su comparecencia previa a la vuelta de la semifinal de Copa. El 4-0 de la ida es pasado. Y hablar de dónde se jugará la final del torneo es futuro. Por ello, Emery quiere presente, sólo presente. No quiere ni oír hablar de la hipotética final.

"Cuando digo que mañana tenemos una semifinal, es que tenemos que vivir una semifinal, después no hay nada, no hay nada, mañana es el día -quiso insistir Emery-. Vamos a vivir cada cosa, cada momento con su energía, con su intensidad, con nuestra gente". El técnico de Fuenterrabía desechó cualquier atisbo de exceso de confianza y negó que la elección de su once titular pueda estar condicionada por el riesgo de que Rami, Kolodziejczak o N'Zonzi se pierdan la hipotética final si ven una tarjeta, pues los tres están apercibidos de sanción. "Condicionar, la palabra condicionar... lo que verdaderamente condiciona es jugar unas semifinales para ganar, y con ello lo que supone el salir victorioso de esta semifinal. Eso condiciona, y para ello tienen que estar los mejores. Y si los mejores tienen que jugar mañana, qué vamos a pensar en el siguiente. Cuando pensamos en el siguiente dejamos cosas en el camino y damos opciones al Celta".

El fuenterrabiense realizó una exposición de su manera de vivir el fútbol. "Si algo he transmitido en estos años en Sevilla es disfrutar de cada momento y vivir los momentos que tienes, porque no sabes los que van a venir después. Y si vas dando pasos, aprovecha", reiteró sobre su vivencia a ultranza del presente. "Creo que nos equivocamos todos, nosotros somos los profesionales y los que tenemos la responsabilidad, pero cuantos más adeptos tengamos que piensen como nosotros, mejor". E inmiscuyó en esta forma de afrontar el partido a toda la afición: "Tenemos que disfrutar de esta semifinal, tenemos una oportunidad y un momento muy bonito, pero éste, mañana en Balaídos, ¿o es que mañana no van a ver el partido los sevillistas? Estaríamos equivocándonos. El sevillista tiene que ver a su equipo en Balaídos y si gana, el siguiente paso. Eso es lo que tenemos que vivir, y no vivir algo que a partir de mañana se puede dar. Mañana es el día en el que tenemos que ilusionarnos, y desde ilusionarnos, vivirlo y disfrutarlo. Vivir todo eso, no vivir algo que nos restaría energía necesaria para mañana".

El respeto y el análisis del rival debía tener un apartado importante en su discurso. "El Celta tiene cualidades y las ha demostrado, para poner esos condicionantes que puedan hacer que tengan opciones de levantar el partido de ida. Ha ganado 4-1 al Barcelona, que no lo ha hecho nadie. Tiene opciones. Es un equipo que tiene una idea que la plasma en todos los partidos, que es una vocación ofensiva importante, que le puede dar muchas cosas. Tenemos que trabajar en superar todo ese entramado ofensivo para desactivarlo". Y la referencia del domingo en la Liga está muy fresca. "Tenemos que hacerlo mejor que el domingo, porque nuestra credibilidad estará basada no solamente en que podamos superar la eliminatoria, sino en que podemos ir asentando bases más sólidas. Tenemos que conjugar nivel competitivo con nivel de juego, conjugar personalidad con la idea de desactivar el juego del Celta. Y luego estar preparados para las circunstancias que pueda haber en el terreno de juego, a favor o en contra", advirtió.

Entre éstas, cabría una nueva expulsión, como la de Fazio en la Liga. "No fue del gusto del jugador ni del equipo quedarse con uno menos, no tiene que demostrarme nada sino que tiene que volver a la misma línea con la que se fue de aquí, en un nivel de juego importante, en la línea del equipo. Se siente sevillista, su familia vive en Sevilla… Nosotros tenemos que ayudarlo, como a N'Zonzi cuando lo expulsaron en Málaga. Tenemos que darle ese cobijo para darle esa confianza y que despliegue su juego. No podemos castigarlo ni fustigarlo, sino corregirlo para que sea una experiencia hacia delante", explicó Emery.

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