La conductora del autobús escolar arrollado el jueves por un tren en un paso a nivel cercano a Perpiñán, que causó cinco muertos -el quinto, un niño de 11 años, falleció ayer a causa de las graves heridas-, asegura que la barrera estaba levantada y la señalización de paso apagada, según el jefe de la empresa para la que trabaja. Christian Faur habló con la conductora, de 49 años, que se encuentra "lúcida", herida de gravedad y hospitalizada, aunque en estado "estable". Según su relato, la chófer afirmó que pudo atravesar sin problemas el paso a nivel porque la barrera estaba levantada y la señalización luminosa de cierre apagada.

El autobús fue arrollado por un tren regional que rodaba a unos 80 kilómetros por hora, lo que partió en dos el vehículo, que transportaba a unos 23 alumnos de un colegio cercano.

Los investigadores no pudieron esclarecer ayer las causas del siniestro, lo que ha abierto la puerta a la controversia, ya que mientras que la empresa de autobuses sostiene que la barrera estaba subida y los indicadores de cierre apagados, la empresa nacional de ferrocarriles SNCF bajara testimonios que apuntan lo contrario. El fiscal de Marsella, Xavier Tarabeux, que se hizo cargo de las pesquisas, aseguró que no ha podido interrogar a la conductora y que, por el momento, la investigación no es concluyente.