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Prevención ante el abuso tecnológico

  • La asociación Proyecto Hombre detecta un aumento de la demanda de ayuda por el uso desmesurado y la dependencia del móvil e internet entre los más jóvenes

El 75% de los y las menores no son conscientes de los riesgos asociados al uso de internet.

El 75% de los y las menores no son conscientes de los riesgos asociados al uso de internet.

El uso abusivo de internet o los smartphones puede suponer un problema para poblaciones vulnerables como son los jóvenes, quienes han incrementado la demanda de ayuda por hacer un uso desmedido de ellas en los últimos años, según la asociación Proyecto Hombre.

En concreto, en el periodo 2013-2016, se produjo un ascenso en la demanda de ayuda a Proyecto Joven -la iniciativa de la asociación dirigida a este grupo de población-, pasando de un 0,42% de los casos en el primer año a un 2,8% en 2016. A pesar de que la cifra no es alta en comparación con el número total de jóvenes que atiende la Fundación, sí refleja un incremento progresivo del abuso de las TIC.

Esto es importante porque, además de crear una dependencia -momento en el que se solicita la ayuda-, el mal uso de estas tecnologías trae consigo otras problemáticas, como la pérdida de privacidad, la suplantación de identidad, el acceso a contenidos inapropiados o el ciberbullying.

Y es que el 74% de los adolescentes afirma haber tenido su primer móvil entre los 10 y 14 años, además de observar que los chicos consumen más tecnología y están más informados sobre las novedades que las chicas, como recoge un estudio de Proyecto Hombre Provincia de Cádiz.

Con todo, "no podemos observar el espacio de las tecnologías como una amenaza sino como una contribución al progreso de las sociedades. Esto comporta educar en el manejo de éstas porque lo que aportan es infinitamente más positivo que la problemática que puedan ocasionar en un momento concreto", destaca el delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín.

Esta educación parte del ámbito familiar, de implantar normas a los adolescentes a la hora de utilizar el móvil o el ordenador. Sin embargo, el 80% de las familias reconoce ausencia de un seguimiento continuado del uso que sus hijos hacen de las TIC, según los datos recogidos en 2016 por Proyecto Hombre Valladolid.

El joven que abusa de las TIC y solicita ayuda a Proyecto Hombre es un chico, de 16 o 17 años, estudiante y con problemas de comportamiento, que acude a la Asociación porque su familia pide ayuda y, sin embargo, la solicita porque la forma de actuar del adolescente molesta, no porque se detecte de manera inmediata, según indica el presidente de Proyecto Hombre, Luis Bononato.

Esto hace "imprescindible" el control del joven en cuanto a horas de utilización de las TIC, preguntarse si hay fracaso escolar, si se ha aislado socialmente o si es más agresivo para poder detectar el abuso y así pedir ayuda. Proyecto Hombre identificará el problema y establecerá las líneas de intervención con la familia y el centro educativo y gestionará el tiempo libre del joven con organizaciones en las que pueda relacionarse sin necesidad de usar internet, entre otras actuaciones.

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