Aumentar el beneficio y recortar distancias con la competencia en el mercado de los smartphones: son los retos tan definidos como complejos que afrontará el nuevo presidente y director ejecutivo de Nokia, el canadiense Stephen Elop. El mayor fabricante mundial de teléfonos móviles fue a buscar su nuevo jefe precisamente a Microsoft, rival de Apple y otro de los -hasta ahora- perdedores en la lucrativa carrera contra iPhone, Blackberry y Android.

Elop, de 46 años, relevará el 21 de septiembre al actual presidente y director ejecutivo de Nokia, Olli-Pekka Kallasvuo. La sede central del grupo en Espoo, cerca de Helsinki, era un hervidero de rumores sobre la inminente sustitución del finlandés, de 57 años. Bajo su gestión los beneficios de Nokia cayeron casi a la mitad en el segundo trimestre hasta los 227 millones de euros. En el mismo periodo, Apple logró duplicar las ganancias a 3.300 millones de dólares (2.600 millones de euros). La mitad de esa cifra fue gracias a la división de teléfonos inteligentes.

De poco sirvió a Kallasvuo imitar a su par de Apple, el carismático Steve Jobs, y presentar los nuevos modelos de Nokia en actos públicos y vistiendo una camiseta oscura. Sus acartonados elogios a "próximas" novedades de Nokia se diluyeron en continuos retrasos, como ocurrió con el nuevo sistema operativo Symbian 3, o simplemente no convencieron al público tan pudiente como exigente de los smartphones.

La feria Nokia World que se celebra la semana próxima en Londres podría ser la primera prueba de carisma para Elop. La atención del evento se centrará en el N8, el nuevo smartphone con el que Nokia se juega parte de su futuro en ese mercado. Las bazas con las que se presenta Elop, primer extranjero en la cúpula de Nokia, no son pocas. Las principales: su gran conocimiento del mundo del software y experiencia al frente de la división de empresas clientes de Microsoft, en la que ya aplicó con éxito una profunda remodelación. Fanático del hockey, Elop ya dejó entrever en su presentación algún indicio de por dónde irá su gestión. Naturalmente, no pudo ofrecer anuncios concretos. Pero sí mostrarse como buen aprendiz de la retórica del presidente estadounidense, Barack Obama. "La misión de Nokia, conectar a la gente, seguirá adelante", anunció esperanzado jugando con el lema de la compañía, Connecting People.

También optimista fue el analista de IDC Nick MqQuire: "A Nokia le vendrá bien un poco de sangre fresca extranjera". La Bolsa, por su parte, recibió el esperado recambio con un aumento del ocho por ciento en los valores de la compañía. Otros se muestran más prudentes. "No estoy convencida de que sea la mejor elección", sostuvo la analista de Gartner Carolina Milanesi. A fin de cuentas, recordó, Microsoft lleva tiempo sufriendo los mismos problemas que Nokia en el sector de los smartphones. Elop tampoco es un visionario, advirtió Milanesi. Su tarea se centrará sobre todo en decisiones comerciales. Para la analista, el nuevo presidente "no es quien va a traer las grandes soluciones de diseño" que precisa la empresa.