Visto y Oído

Horarios

ELEVA la espectadora su queja al Defensor del Espectador rogándole que Versión española adelante su horario. Que es un privilegio, razona, poder ver buen cine reciente sin cortes publicitarios, pero que considera un atropello que salga en antena a partir de las once de la noche, una hora más tarde que las películas que la cadena emite el resto de la semana, de lunes a sábado, a las diez de la noche.

Comparece en pantalla el director de La 2 y explica a la espectadora que el horario establecido para emitir el "programa al que alude se debe estrictamente, a motivos de programación". Y se queda tan contento. Es decir, que alguien reprocha el 'disparatado' horario en que se emite un contenido determinado, y la única respuesta que se parece muchísimo a una tautología, la figura retórica que consiste en la repetición innecesaria de un pensamiento utilizando las mismas palabras de quien ha llevado a cabo la pregunta.

"No estoy de acuerdo con los criterios de programación que me obligan a empezar a ver una película a las once de la noche, y un coloquio a partir de la una, y un cortometraje a la una y media". "Pues esto es así estrictamente por criterios de programación. Preferimos dar en el prime time las series europeas y dejar el cine para más tarde". Pero es que resulta que de la espectadora se queja, precisamente, de lo inapropiado de esa decisión.

Lo que está haciendo la espectadora con su queja es dar un toque de atención a quienes tienen mando en plaza, advirtiéndoles que quienes están al otro lado de la pantalla, los usuarios, los destinatarios, no están de acuerdo con su horario de emisión, ni lo entienden ni lo comparten. Pero por toda respuesta encuentran la tautología.

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