Tardó algunos años en reaccionar Canal Sur a la hora de poner a pleno rendimiento al equipo de Andalucía Directo los Domingos de Ramos. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, como la de la Semana Santa andaluza. Y vaya si es buena. Por fin cayeron en la cuenta, y no con un ADde los que llegan caída la tarde, no. Como debe ser, dada la solemnidad del día, con un AD de sobremesa, que prácticamente enlaza con el informativo y que pone a Andalucía entera, como aquel que dice, en pie de fiesta y celebración por todo lo alto. Porque la Semana Santa es una culminación en sí misma.

De la fiesta, las vísperas, siempre lo decimos. Porque como la cuenta atrás, los prolegómenos y la maleta de regreso a casa, nada de nada. El Domingo de Ramos es estallido de júbilo, cortejos en la calle, bullicio en estado puro. Este año, para qué negarlo, la meteorología no pinta bien. Hay peligro de que las primeras procesiones se mojen. No seamos alarmistas. Aunque previsiblemente, la Semana Santa en su tramo central va a ser muy buena.

De ahí que la primera de las jornadas de Andalucía Directo tenga asegurada, amén de las emociones propias del día , las añadidas por la nunca deseada inestabilidad (ay, esos cofrades desconsolados cuando arrecian las nubes). Quienes gustamos de Semanas Santas televisadas, porque nos gustaría ser ubicuos y solamente la televisión lo es, tenemos subrayada la cita de este Domingo de Ramos como una de las insoslayables. Estaremos, a la vez, en las ocho provincias andaluzas. Escucharemos las primeras marchas y veremos los primeros pasos en su esplendor. Y viviremos una tarde larga con cuatro horas de vivísimo directo a modo de pórtico de una semana grande, intensa y única. No sé lo que dirán los audímetros, pero apostaría que las seis ediciones de Andalucía Directo, que hace poco cruzó el Rubicón de las 5.000 ediciones, se van a situar muy arriba.

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