El matador de toros Javier Jiménez regresa el domingo a su domicilio en Espartinas, tras la cogida sufrida en la corrida del pasado viernes en Pamplona, por la que sufrió fractura de tres vértebras cervicales (C-5, C-6 y C-7). El diestro en un gesto tremendo de vergüenza torera regresó al ruedo cuando las asistencias le llevaron a la enfermería y despachó al toro. Incluso, increíblemente, tuvo arrestos para lidiar su segundo toro.

Javier Jiménez nos explica desde la Clínica Universitaria de Navarra: "Ha sido un susto tremendo; menos mal que puedo andar. Tengo fractura en tres vértebras y estaré un mes con un collarín puesto, como estoy ahora. Afortunadamente no me afectará al resto de la movilidad del cuerpo. Si no cambia nada, mi idea es regresar mañana a Espartinas. Me llevarán en una ambulancia y llegaré por la noche. Luego, tendrán que volver a hacerme pruebas en Sevilla".

El diestro, que tuvo una gran actuación ante su lote, explica: "Hay un período de tiempo del que no recuerdo nada. Dicen que maté el toro que me había cogido. Luego en el segundo, mi apoderado no quería que continuará porque decía que tenía la cara amarilla. La verdad es que no podía ni con mi cuerpo. No sé cómo pude con el capote ni con la muleta ni con la espada".

Sobre ese comportamiento extraordinario en la que suponía su segunda corrida de la temporada, asevera: "Son cosas que hay que hacer. No hay otra".