La catedral de Albacete se quedó pequeña en el funeral por el diestro Dámaso González, cuyo féretro fue portado, después de dar la vuelta al ruedo, desde la plaza de toros por toreros y familiares. Entre las 08:30 y las 12:30 estuvo abierta, en la plaza de toros de Albacete, la capilla ardiente con sus restos mortales, y cuando se cerró el féretro dio la vuelta al ruedo de La Chata, cuya feria taurina pregonó, precisamente, Dámaso González el año pasado.

Miles de personas acudieron a dar su último adiós al rey del temple, que falleció el día anterior en Madrid a consecuencia de una grave enfermedad. El féretro salió por la puerta grande, entre lágrimas y al grito de "Torero, torero". Fue en 2003, en la corrida a beneficio de Asprona y tras un mano a mano con El Juli, la última vez que Dámaso González la había abierto.

La catedral se quedó pequeña para acoger a todas las personas que querían dar su último adiós al torero. En la homilía se recordó el carácter "generoso y amable" de Dámaso González.

Del mundo del toro, además del propio hijo de Dámaso, matador de toros del mismo nombre, asistieron Pedro Gutiérrez Moya El Niño de la Capea, acompañado de su familia; Luis Francisco Esplá, Enrique Ponce, Victoriano Valencia, Ortega Cano, Alberto López Simón, José María Manzanares, Vicente Ruiz El Soro, Julián López El Juli, José Miguel Arroyo Joselito, Juan Antonio Ruiz Espartaco, Santiago López, Miguel Ángel Perera, Manuel Caballero, Pepín Liria, David Mora, Paco Ureña, David Galán, Rubén Pinar, Manuel Amador, Antón Cortés, Ángel Bernal y El Pimpi de Albacete, entre otros muchos.

Además de otras personalidades como el periodista Pedro Piqueras, el alcalde de Albacete, Manuel Serrano; el presidente de la Diputación Provincial, Santiago Cabañero, o el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín.