feria de bilbao | novena y última de las corridas generales

Román, nueva imagen ante 'miuras'

  • El diestro valenciano consigue el único trofeo tras una buena faena a un noble toro

  • Leal, con una entrega sin reservas, da sendas vueltas al ruedo

  • Fortes, firmeza y buen toreo

  • Miurada en el tipo y de juego desigual

Román, en un muletazo al toro que cerró plaza, al que cortó una oreja.

Román, en un muletazo al toro que cerró plaza, al que cortó una oreja. / efe

Los miuras, en el tipo de la casa y con un promedio de 617 kilos, que apenas aparentaban por su enorme caja y su especial morfología agalgada, cerraron la Feria de Bilbao con un encierro desigual en comportamiento, en un festejo interesante en el que Román dio una imagen muy sólida y resultó triunfador, consiguiendo el único trofeo; Juan Leal, con garra, dio dos vueltas al ruedo, y Fortes, quien con firmeza también dejó buena imagen y fue ovacionado.

Comenzó la tarde con un susto. Fortes perdió pie en el capote y el cárdeno y cinqueño que abrió plaza estuvo a punto de cornearle. El diestro malagueño, tirado en la cenicienta arena del ruedo de Vista Alegre se hizo el mismo el quite y se libró de una cornada cantada. Fortes, con la muleta, realizó un trasteo en el que lo más destacado fue una brillante serie al natural. Mató de pinchazo y estocada para ser ovacionado.

Con el blando y deslucido cuarto, Fortes se mostró firme, manejando bien la franela, aunque no estuvo acertado con la espada.

Juan Leal, en sus ansias por agradar, llegó en algunos momentos a atropellar la razón ante el tercero, con movilidad, en una faena que brindó a Dámaso González. Comenzó con un escalofriante muletazo por la espalda en los medios y en un desplante fue cogido, sufriendo una fea voltereta sin mayores consecuencias. Cerró con un arrimón. Mató de media estocada y, pese a que el público solicitó una oreja, el presidente no la concedió y el premio quedó en una vuelta al ruedo.

De nuevo, Juan Leal fue a por todas en el quinto, un toro difícil que blandeó en el primer tercio. El francés comenzó su faena de manera explosiva, de rodillas, tragando tela con un toro que prácticamente le saltó al cuerpo como un tigre. En esta ocasión, el torero francés dio con la distancia adecuada y brilló especialmente en una tanda conla derecha. En la suerte suprema, tras un pinchazo, se tiró a matar o morir y sufrió un pitonazo a la altura del pecho, afortunadamente sin cornada. Dio una vuelta al ruedo tras petición y pasó por su propio pie a la enfermería.

Román, voluntarioso, realizó una faena seria ante el complicado tercero, al que mató de pinchazo y estocada para recibir una ovación.

Con el que cerró plaza, un cinqueño con trapío y el de mayor nobleza del encierro de Miura, Román realizó una faena bien estructurada y medida, con muletazos con temple por ambos pitones, descollando especialmente en una gran serie al natural. Dio con la distancia exacta y ofreció una imagen totalmente diferente del torero esforzado que habíamos visto hasta ahora. Una estocada contundente y certera fue decisiva para la concesión del merecido trofeo.

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