Manuel escribano. MATADOR DE TOROS

"En el hospital hubo noches en que he llorado y me he derrumbado"

  • El diestro afincado en Tarifa fue curado ayer por primera vez en la Clínica Hiniesta de Sevilla tras la gravísima cornada en la plaza de Alicante

El diestro Manuel Escribano fue atendido ayer en la Clínica Hiniesta por el doctor Domingo Jiménez, quien le revisó y curó las heridas producidas por la gravísima cornada sufrida el pasado 25 de junio en la plaza de Alicante en la que un toro de Adolfo Martín le empitonó y arrancó la femoral y la safena de la pierna derecha y evisceró el testículo izquierdo cuando entraba a matar. El torero, que nos atendía tras su primera cura y su primera sesión de fisioterapia, explicaba: "Tengo la pierna muy hinchada, pero es normal, con el viaje en la ambulancia, que fue pesadote, y una noche en la que no he dormido bien, es normal. El fisio -José Antonio Salas- será importante para recuperar y tengo claro que cuanto más me sacrifique, mejor. Me ha aplicado masajes linfáticos. El dolor es enorme y no hay previsiones médicas en cuanto al tiempo de recuperación. Si fuera por la herida en el testículo, toreaba en Pamplona el día 14. Pero lo de la pierna será para mucho tiempo".

-Desde que sufrió la cornada a hoy, ¿ha tenido algún momento de duda, de querer abandonar?

-No. Ninguna duda por abandonar. No escondo lo que me espera porque no somos superhombres. En el hospital hubo noches en que he llorado y me he derrumbado un poco. Pero ya estamos aquí y nos venimos arriba.

-¿Se ha marcado metas y fecha para el retorno?

-No. A mí me gustaría que en mes o mes y medio... Pero ahora, tras la sesión del fisio he salido roto, sin fuerza. No me reconozco. Ahora es imposible decir cuándo volveré a vestirme de luces.

-¿Cuántas corridas perderá?

-Todas las del mes de julio; algunas muy importantes como la de Pamplona, Mont de Marsan y Santander. Son ferias que profesionalmente te dan mucho.

-En Pamplona lidiaba 'miuras'. ¿No hay forma de anunciarse con otro tipo de ganaderías?

-Me gustaría. Me acaba de llamar la Casa de Misericordia para interesarse por mi estado y me ha dicho que el año que viene estaré contratado y que no mataré una corrida que cueste tanto como la de Miura.

-La estocada fue como la mortal a Manolete. En la ejecución impresionó por lo despacio y por lo derecho que entró.

-La cornada vino en una estocada en la que entré con el corazón y atropellé la razón. No marqué los tiempos y me olvidé de todo.

-¿Qué recuerda de las faenas?

-Fueron buenas. La que hice al toro que me hirió, mucho mejor. Toreé más despacio. Recuerdo un pase de pecho que duró una hora. Y muletazos, con la muleta barriendo la arena. Eso llegó mucho arriba. Y hubo pasajes con ligazón. Fue una faena de mucha conjunción y estética.

-¿Ha llegado esta cornada cuando atravesaba el mejor momento de su carrera?

-Sí. Estaba atravesando un momento fenomenal, cumbre. Después de lo de Sevilla, con el indulto al victorino, había aumentado mi caché. Y estaba pletórico de moral y con una técnica muy buena. Ahora hay que recobrar la confianza. Si me pilla en otro momento en el que la carrera depende de un hilo hubiera sido peor.

-Tras la gravísima cornada en Sotillo volvió toreando mejor. En un período de recuperación tan largo como le espera, ¿la mente volverá a ser decisiva?

-Sí. Tienes tiempo para reflexionar y cambiar cosas. Debo buscar más cosas positivas y torear más despacio sin perder mi verdad y para eso también es decisiva la mentalización como sucedió después de la cogida en Sotillo.

-Usted es un torero que lo da todo. ¿Una lesión tan grave le puede hacer mella para ir al límite?

-Son cosas que habrá que ver. La barrera del miedo hay que romperla. La anterior que me puso Dios la superé. Ahora hay que ver si soy capaz de superar ésta. Si no alcanzo la forma para luchar, tiro la toalla porque no valgo para salir a medias ni para mentir.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios