Si hay alguien que conoce a la perfección a Mercedes Chilla ese es José María Vega. El que es entrenador de la jerezana desde sus comienzos en la jabalina, confía en la buena actuación de su pupila en los Juegos Olímpicos de Pekín, a la que ve en la final.

Vega, que no ha viajado a la capital china, se comunica estos días con Mercedes a través del correo electrónico, y afirma que “tiene buenas sensaciones. Me comenta que hace bastante calor y que tiene que estar continuamente con una toalla mojada para que no te dé algo, pero ella ya había estado en China con motivo de la Universiada de 2001 y ya sabía lo que se iba a encontrar”. En cuanto a la contaminación, otro enemigo de los atletas en Pekín, Vega reconoce que esta tranquilo en ese sentido ya que “eso suele afectar más en las pruebas de fondo, pero a Mercedes no le va a influir en demasía”.

En cuanto a las molestias en la clavícula y una lumbalgia que arrastraba la atleta jerezana, José María también está tranquilo ya que esto “es algo normal en los atletas. Nunca están bien del todo”. Más que de eso, de lo que más se preocupa es del parón de seis semanas que sufrió por estos motivos, ya que no pudo entrenar todo lo que hubiera querido.

Otro de los aspectos que preocupa a Vega es la aclimatación de Mercedes en tierras chinas. La jerezana empezará a competir el miércoles a las nueve de la mañana (madrugada del lunes al martes en España), una hora “muy complicada, porque el organismo no acaba de aclimatarse a ese horario”. Además, el cambio de alimentación que ha experimentado ha hecho que haya perdido unos kilos, y si a eso se le une ya la complexión menuda de la jerezana “eso se convierte en un hándicap”, según Vega.

Así y todo, el entrenador está convencido de que Chilla acabará accediendo a la final, ya que la jerezana tiene una experiencia mayor en competiciones internacionales que hace cuatro años en Atenas, aunque sabe que la jabalina es una disciplina en la que intervienen muchos factores: lo temprano del horario de la primera jornada, por ejemplo, es uno, ya que “a esa hora es muy difícil hacer récords”. El clima es otro factor fundamental, puesto que la lluvia o una racha de aire en un momento dado pueden ser claves para hacer una mejor o peor marca”.

Pero si Mercedes sobrepasa los 61 metros, algo que ha hecho a lo largo de todo el año, Vega está convencido de que llegará a la final. A partir de ahí, la competición se convertirá en una lotería en la que hay varias atletas que parece que tienen más números para llevarse las medallas, como son la checa Spótková y la alemana Obergföll, (aunque en el caso de esta última, Mercedes ya sabe lo que es arrebatarle una medalla, la de bronce, en Gotemburgo’06). Si la jerezana logra igualar su mejor marca, los 63,20 metros, Vega piensa que incluso puede acercarse a las primeras, pero, de momento, lo de las medallas parecen palabras mayores. De momento, ya le ha mandado un correo electrónico pidiéndole que “lo dé todo en el primer lanzamiento, porque es fundamental. Si haces una buena marca en el primero, eso te da muchísima moral para hacer una buena clasificación”.

Pero, ¿no conseguir entrar en la final sería un fracaso? “Para mí no lo sería en absoluto, porque a lo largo de estos meses hemos hecho una buena preparación. Más que nada, sería una gran desilusión, pero fracaso, nunca”, admite el preparador de la jerezana.

Eso sí, pase lo que pase en Pekín, José María tiene claro que a Mercedes aún le queda por mejorar. “Cada vez aumentamos el volumen de entrenamiento, la carga física y lo que nos falta es dar el pasito para luchar claramente por las medallas, porque estamos ahí optando, pero nos falta más regularidad”.

Ahora, habrá que ver si en esa lotería de la que tanto habla Vega, la jerezana puede conseguir un boleto ganador que le haga dar la sorpresa como hace dos años en el Campeonato de Europa de Gotemburgo.