Investigar en Córdoba

La defensa natural de los hongos

  • El departamento de Genética de la UCO estudia los mecanismos biológicos que utilizan los hongos para infectar los cultivos

Grupo de investigación de la UPO

Grupo de investigación de la UPO

Hace más de 25 años, el Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba (UCO) puso en marcha la investigación sobre los hongos patógenos. Desde entonces el grupo ha avanzado mucho y ha desarrollado una serie de herramientas genéticas y moleculares formando. El catedrático de Genética de la UCO Antonio Di Prieto es uno de los integrantes de este equipo, que centra buena parte de sus esfuerzos en el estudio de los mecanismos biológicos que emplean los hongos para infectar los cultivos. En esta línea de trabajo, el equipo que dirige Di Prieto ha centrado su atención en el estudio de las señales a través de las que se comunican el hongo y la planta.

El catedrático expone que su grupo –integrado por casi una quincena de componentes- investiga cómo los hongos patógenos están adaptados para causar enfermedad en las plantas, con el objetivo de poder combatirlos de forma más eficiente. “Nuestro modelo de estudio es Fusarium oxysporum, un hongo que provoca fusariosis vascular y marchitez en más de cien especies de cultivos tales como tomate, melón y garbanzo, entre otros”, aclara. Di Prieto señala también que aunque el uso de fungicidas y de plantas resistentes puede proporcionar cierta protección, “estos hongos pueden evolucionar rápidamente, volviéndose resistentes a los fungicidas y creando nuevas cepas capaces de atacar cultivares resistentes”. Como ejemplo, expone el caso de que recientemente ha surgido una nueva cepa del hongo capaz de atacar la variedad de plátano llamada Cavendish, que hasta ahora era resistente. Esta variedad, continua, se utiliza en todo el mundo para producir plátanos a nivel industrial. Esta nueva cepa se llama Raza tropical 4 o TR4 y el catedrático advierte de que es “muy agresiva y se ha extendido ya desde Asia a Australia y a África, amenazando de acabar en pocos años con las plantaciones de plátano”. Por ello, en este grupo de investigación de la UCO hace unos años se propuso la siguiente cuestión: “¿Cómo el hongo es capaz de encontrar la planta cuando está en el suelo?”.

Los experimentos que se llevaron a cabo “demostraron que es capaz de oler alguna sustancia que producen las raíces y, eso le permite crecer hacia ellas de forma muy dirigida”, informa. Posteriormente, el grupo averiguó que se trataba de una proteína llamada peroxidasa, muy común en todas las plantas. Además, el equipo también logró identificar “el receptor a través del cual el hongo huele la señal de la planta”, añade. Di Prieto reconoce que este hallazgo resultó ser una “gran sorpresa al constatar que ese receptor era el mismo que ya se conocía como el receptor de la feromona” y aclara que las feromonas son señales que emiten los propios hongos para atraer a su pareja durante el apareamiento. Con todo ello, continúa, “nuestros resultados demuestran que el patógeno utiliza un único receptor para dos señales completamente distintas”. A su juicio, en el futuro “esto se podría aprovechar para confundir al hongo”. Así, avanza que para ello “será necesario desarrollar compuestos que funcionen como anti-feromona y logren bloquear dicho receptor impidiendo así que ese infecte la planta”.

Este grupo de la UCO fue el primero en descifrar el mecanismo de reconocimiento de la planta por el hongo, si bien, Di Prieto reconoce que “existen otros grupos punteros en Andalucía que estudian distintos aspectos de los hongos patógenos, como la Pablo de Olavide y la Hispalense de Sevilla, o la Universidad de Málaga, centros con los que colaboran, además de con otros grupos europeos.

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