Xerez CD

Autoridad y solvencia

  • El Deportivo vence con claridad al Celta y se proclama campeón de invierno tras cuajar un partido completo · Momo y Aythami resolvieron por la vía rápida en la primera parte

Campeón de invierno. Quién lo iba a decir en agosto, diría alguno. Pero no, es la realidad. El Deportivo, con su victoria de ayer ante el Celta, acaba la primera vuelta como el mejor equipo de Segunda División, con 37 puntos en su casillero y evidenciando que es un bloque sólido y ambicioso.

Y es que el ejemplo más claro de lo que ha sido este equipo en los 21 partidos que ha durado esta primera parte del campeonato se pudo presenciar ayer en Chapín. Rapidez, solidez defensiva, juego de conjunto y sobre todo infinidad de recursos en ataque son las bases en las que ha gestado el éxito el equipo de Esteban Vigo, sin duda, pieza fundamental en el proyecto.

Los azulinos habían estudiado bien al rival y sabían positivamente que la presión asfixiante en mediocampo y la línea defensiva adelantada forman parte de su filosofía de juego. Esteban conocía bien lo que se traía entre manos y desde el primer momento superó a su rival, al que hizo sufrir con balones largos de un Viqueira magistral. Y que dure mucho porque los pases del gallego amargaron la tarde al Celta que veía como la banda izquierda xerecista, con otro partidazo de Momo y Mendoza, perforaba una y otra vez su flanco derecho.

El Deportivo dio la pelota a su rival en los compases iniciales buscando salir a la contra con velocidad. En una de estas, Calle, ayer nuevamente muy trabajador, ganó la espalda a los centrales y cuando encaraba portería fue derribado por Peña. El árbitro hizo caso omiso levantando las iras del público, otra vez en menor número de lo que la clasificación del equipo merece.

El paso de los minutos fue acrecentando el dominio xerecista que liderados por Viqueira y con un Álex Bergantiños sensacional surtían una y otra vez a las bandas. En una de ellas, cumplido el minuto 22, Carlos Calvo recibió por la derecha, la puso al segundo palo y allí apareció Momo para empalar con la zurda. Noveno gol del canario. La anécdota se produjo cuando transcurría la jugada, pues en la carrera con Carlos Calvo, Roberto Lago ‘se rompió’ y cayó lesionado.

El gol desquició a los vigueses que por momentos se vieron superados en todas sus líneas. Tanto es así que apenas cinco minutos más tarde, Aythami aprovechó una serie de rechaces dentro del área tras la salida de un córner para establecer el 2-0.

Con una autoridad bestial el Xerez había encarrilado el partido. Ahora sólo faltaba no caer en errores pasados, y así fue. Los azulinos aguantaron bien el empuje celtiña con un trabajo defensivo descomunal. Esta vez no hubo fisuras, aunque a balón parado sí que hubo algún despiste como el protagonizado por Rubén a los 44 minutos. El central remató sin oposición un córner botado por Trashorras que pudo haber cambiado el encuentro, pero su cabezazo se marchó a la derecha de Chema.

En la segunda mitad la tónica no cambió. El Xerez se parapetó bien atrás, y dio el balón al Celta buscando esa contra definitiva que acabara con el partido.

Los visitantes pusieron cerco al marco de Chema que tuvo que intervenir con acierto en varias ocasiones, la más clara a los ocho de la reanudación, en un testarazo a bocajarro del argentino Rosada al que el alicantino respondió con una mano prodigiosa. El esférico se estrelló en el travesaño.

Sin arriesgar demasiado, porque el Celta nunca varió su forma de jugar y los cambios introducidos por Pepe Murcia sólo fueron de hombre por hombre, sin modificaciones tácticas, los gallegos se toparon una y otra vez con el entramado defensivo xerecista. Aythami y Silva fueron infranqueables, Francis un valladar en la derecha, Mendoza en la izquierda y Bergantiños una pesadilla para sus rivales en la zona ancha, sobre todo a la hora de recuperar balones y sacarlos con criterio.

Al Deportivo le costaba salir a la contra y no terminaba de sacudirse el dominio visitante. Esteban, después de la experiencia ante el Girona, prefirió aguantar al máximo los cambios pese a que algunos andaban ya con la bombona de oxígeno en las últimas.

A un cuarto de hora para el final fue Dinei, de los mejores del Celta, quien puso a prueba otra vez a Chema. Lo hizo en dos ocasiones y en ambas, el cancerbero resolvió con claridad.

Boquerón dio entrada al siempre atrevido ‘Currito’. Con el argentino en el campo los espacios fueron mayores, y su velocidad obligó a los vigueses a trabajar más de la cuenta. De ello se aprovechó un incansable Calle que ayer se dejó el alma. Lástima que no tenga suerte de cara a gol. Aún así, suya fue la mejor ocasión azulina en la segunda parte, con un zapatazo intencionado que Notario envió a córner. La última, como no, la puso Sarmiento en una cabalgada larga que acabó con un disparo alto.

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