Manuel Hortas, letrado que defendió los intereses de Antonio Fernández Monterrubio, exvicepresidente del Xerez y exdirector general de la sociedad, destacó que “creo que ha quedado claro que la actuación de Antonio Fernández Monterrubio ha sido profesional, ha sido la actuación de un gerente o de un director general de un equipo que intentaba llevar a cabo su labor lo mejor posible, siguiendo las instrucciones de la propiedad del club, en este caso del señor Morales, y procurando, como finalmente consigue, mejorar los resultados deportivos, subiendo de categoría, y restañando las distintas heridas económicas que el club tiene, distintos son los condicionantes con los que se puedo encontrar y sobre los que no tenía capacidad de decisión”.

Cayetano Gómez, secretario y consejero del Xerez en su momento, explicó en la vista que tanto ellos como Monterrubio deciden abandonar el consejo a finales del año 2008 porque Joaquín Morales saca dinero de las arcas del Xerez que previamente había prestado. En sentido, el abogado apunta que “Monterrubio, en un principio, se opone a que el presidente saque esa cantidad de dinero y no porque el dinero sea o no del señor Morales, lo hace porque entorpece las funciones del club. Él dimite como vicepresidente y como consejero y se queda como director general porque es su puesto de trabajo. Él no puede hacer nada pero sí poner en conocimiento del resto de consejeros lo que sucede y es lo que hace”.

Seguro de la inocencia de su defendido, resalta: “Antonio está tranquilo y le he visto tranquilo. Evidentemente, un director general tiene responsabilidades en una empresa inherentes a su cargo pero la decisión de presentar o no el concurso y la de disponer de los fondos depende de la propiedad del club, nunca en este caso de Antonio. Él era un trabajador de nivel pero al fin y al cabo, un trabajador”.