Xerez cd | córdoba cf · así se vivió el partido en chapín

Indiferencia en un tarde de disgustos

  • Reacción Chapín pita a su equipo en el descanso y 'pasa' de los suyos tras confirmarse otro revés como local

Una mala tarde para el xerecismo. Fue duro ver perder al equipo y que se lesionara la estrella, pero el problema es que llueve sobre mojado y son muchos los aficionados que no están contentos con la imagen que ofrece el Xerez en Chapín y son muchísimos los que no comulgan con la forma de hacer las cosas de su entrenador.

Para empezar, llamó la atención que había menos espectadores que en el último partido jugado en casa, que fue en viernes. El xerecismo se ha levantado unido para clamar contra eso de ser permanentemente el elegido para jugar las noches de los viernes, pero resulta que contra el Barcelona B había más de 10.000 personas en Chapín y ayer, a las seis de la tarde, no se llegaba a esa cifra. 9.929 espectadores, una cantidad por debajo también de la del partido contra el Rayo, que fue a las doce de la mañana.

El xerecismo acude en mayor número que hace varias temporadas, eso es un hecho evidente, pero en tardes lluviosas el personal se lo piensa. Tampoco parece tener muchas ganas de marcha la afición del Córdoba, que devolvió buena parte de las 400 entradas que le había mandado el Xerez a comienzos de semana. Algo menos de un centenar de seguidores blanquiverdes se dejaron notar en el estadio azulino.

Con el paso de los minutos serían ellos los que más disfrutaron del espectáculo. Los xerecistas cantaron el gol de Bermejo, incluidos los que estaban en contra de su alineación en el once inicial, pero después todo fue a peor. De hecho, arreciaron los pitos en el descanso, pero alguien le dio en el estadio al botón del play y una atronadora música hizo que los silbidos, dirigidos contra el entrenador y también contra los jugadores, quedaran en un segundo plano.

Pero poderoso caballero es don dinero y de un tiempo a esta parte los descansos de los partidos están marcados por campañas publicitarias tan rentables para las arcas de la entidad azulina como estridentes para los presentes. Todo sea por recaudar. En la segunda parte hubo algunos momentos de fe colectiva, pero tras el tercer gol del Córdoba se produjo una desbandada. Y al final, indiferencia. Lo que más duele.

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