Xerez-numancia

José Mari, al rescate

  • Primera alegría Los xerecistas logran su primer triunfo en Liga en un mal encuentro y acaban pidiendo la hora Sin brillantez El Deportivo no ofrece su mejor versión y gana con un gol en propia puerta de Jaio

José Mari acudió al rescate del Xerez y de Javi López. El delantero sevillano, su compañero Capi y Cordero en algunas fases de la segunda mitad se convirtieron en el sustento del equipo para conseguir la primera victoria de la temporada.

El Deportivo venció por la mínima, con un gol en propia puerta de Jaio, a un Numancia voluntarioso y que lo intentó de todas las maneras pero al que aún le falta bastante para asimilar los conceptos de Juan Carlos Unzué, unos conceptos por cierto muy peligrosos para una categoría tan complicada y en la que el más mínimo error se paga bastante caro.

El triunfo azulino resultó gris por la forma de lograrlo -más de un aficionado salió del estadio con el corazón a más pulsaciones que los propios futbolistas durante el partido- pero también tuvo el mejor de los sabores tras dos derrotas seguidas. Tenía que romper la dinámica negativa y  eso al menos lo consiguió.

Los tres puntos son vitales para el Deportivo pero no le eximen  para nada de ninguno de los pecados que cometió durante casi todo el encuentro y que estuvieron a punto de conducirle al mismísimo infierno.

Javi López promulga la posesión del balón. Sus jugadores apenas lo tuvieron y cuando se hacían con él, el buen trato brillaba por su ausencia. Le gusta que el equipo presione. Ayer no es que lo hiciera demasiado bien. Y lo más grave, apuesta por sacar el balón jugado desde atrás y el toque y en la recta final del choque, sus centrales y sus laterales se dedicaron a dar patadones continuos... Un caos al que el preparador catalán debe poner remedio cuanto antes si no quiere complicaciones porque no todos los rivales van a ser tan 'blanditos' como lo fue el Numancia ayer.

El técnico nunca suelta prenda sobre el once. En esta oportunidad volvió a sorprender pero hizo muchísimos menos cambios de los esperados. En rueda de prensa, dijo que se vería al Xerez de la Liga porque el partido era de Liga y así fue. Sólo dejo en el banquillo a José Luis Capdevila, desacertado ante Cartagena y Barcelona, para dar entrada a Pablo Redondo en la izquierda y a Antoñito para apostar en la mediapunta por José Mari, esa joya de la corona que tanto esperaba el entrenador. Y claro, tenía que ser él el que rompiera el encuentro muy pronto. El delantero hispalense salió con unas ganas enormes y como calidad, fuerza y facultades le sobran, a los doce minutos abrió la lata. Tras recibir un excelente balón de Capi, se escapó, se plantó ante Lafuente y su lanzamiento pegó en Jaio, que lo introdujo dentro de su propia portería.

El Deportivo lograba ponerse por delante en el marcador por primera vez en lo que va de campaña y pudo matar el partido sin apenas pisar el acelerador y sin realizar grandes alardes en el minuto 20, cuando Lafuente tuvo que estirarse para mandar a saque de esquina un lanzamiento de falta de Lombán.

Pero el Numancia, a base de las concesiones que le dieron los azulinos especialmente en defensa, despertó y Nagore no logró el empate un minuto después porque Lledó demostró reflejos y estar muy atento al juego. El portero azulino metió la manopla para sacar un tiro con intención desde bastante lejos del navarro.

Los pupilos de Unzué lo intentaron a base de arreones y con la rapidez de Cedric e Ibrahima, que dieron más de un problema a un equipo que casi nunca tuvo el balón y que eso de mandar en el centro del campo tampoco lo puso en práctica. Aún así, y después de un par de sustos visitantes, José Mari nuevamente pudo sentenciar en el minuto 42.

El técnico azulino no terminó nada satisfecho con el rendimiento de su equipo en la primera parte porque en el descansó dejó en la caseta a un desdibujado Óscar Díaz para realizar una variante en la zona ancha. Sacó a Cordero, le colocó junto a Barber, escoró a José Mari a banda y adelantó a Capi hasta la mediapunta.

La tónica cambió algo, el cuadro azulino tuvo más chispa y más empuje con un Cordero muy combativo, y el Numancia asustó otra vez en dos oportunidades al cuadro de López tras dos pérdidas de balón en la medular. En la segunda, Cedric no empató por poco después de que Nagore le robara la cartera a un Capi que se confió.

En el minuto 76, Lledó casi se corona como ídolo de la afición azulina. Tras un centro de Cedric, Ibrahima fusiló al meta xerecista, que sacó de forma espectacular la pierna para evitar un empate que ya cantaban los sorianos.

El Xerez también pudo marcar a la contra en una acción de Cordero pero a los azulinos ya les sobraba ansiedad y le faltaban fuerzas, unas fuerzas de las que tampoco hicieron gala durante gran parte del partido.

La victoria debe servir para tranquilizar los ánimos pero también el Xerez debe mejorar en muchas facetas para que la afición, que volvió a responder y a llevar al equipo en volandas siempre, no sufra de la forma en la que lo hizo ante el Numancia porque no siempre va a estar enfrene un equipo tan asequible como el soriano.

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