Dicen los entrenadores que la competencia es sana para cualquier equipo y que es un bendito problema disponer del mayo número de buenos futbolistas, pero la entrada en el equipo de Leandro Gioda va a suponer un quebradero de cabeza para el técnico porque ahora se le presenta la papeleta de tener que elegir entre el argentino, Lombán y Moreno.

Hasta el momento la pareja ideal para el técnico la componían el asturiano y el valenciano, pero ayer demostró el argentino que se encuentra ya preparado para ser ese refuerzo con el que dar un salto de calidad en esa zona del campo. Y eso que enfrente estaba uno de los mejores delanteros de la categoría, pero Gioda ha llegado con la intención de quedarse y se vio desde el primer minuto.

Atento al cruce, dando órdenes para marcar la línea de fuera de juego y desplazando el balón con criterio recordó a ese futbolista de la segunda vuelta de la pasada campaña, nada que ver con el que despertaba dudas a su llegada. Un buen fichaje para el Xerez y un problemón para Javi López.

No le quitó ojo a Soriano, un jugador con una historia curiosa. Formado en las categorías inferiores del Espanyol, siempre fue un futbolista prometedor y no le han faltado equipos en su trayectoria, pero hasta la pasada campaña no explotó, con esos 22 tantos marcados en Segunda B. Mientras muchos jugadores prefieren vivir de las rentas, este jugador dio un paso atrás para entrar en el filial azulgrana para coger impulso y regresar con fuerza al escaparate del fútbol.

A sus 26 años dice sentirse un veterano entre tanto jovencito y se encarga de ser el primero en presionar, el primero en plasmar sobre el campo el estilo del primer equipo, que asfixia a sus rivales cuando no tiene el balón en su poder. Aunque también es verdad que en este equipo se quedó más como un islote en ocasiones, algo que no sucede con el equipo de Guardiola por la constante movilidad de su frente de ataque, donde no hay un nueve puro.

Leandro le ganó la acción en más de una ocasión, como sucedió en el minuto 72, cuando el barcelonista condujo el balón desde el centro del campo, abriendo a la banda, para que después no pudiera rematar. Después se le anularía un tanto por fuera de juego.

En su momento dijo Viqueira que se buscaba un central que mejorara el juego aéreo de la zaga y ayer no fue el mejor día para comprobarlo porque el equipo catalán parece haber hecho la promesa de jugar siempre raso y al pie. Pero las ocasiones en las que tuvo que intervenir en esa faceta del juego demostró una contundencia que le puede venir bien al equipo en muchos de sus desplazamientos, donde los rivales pueden apostar por el juego directo.

Además, el defensa estuvo cerca de marcar de cabeza con un remate a la salida de una falta. Habría sido el broche para una actuación interesante y que invita a pensar en que Viqueira ha vuelto a acertar, una vez más. Ahora lo que hace falta es reunir plata, como diría cierto ex presidente, para conseguir el pase en propiedad del central.