ciudad lucena-xerez cd

Un buen punto para arrancar (1-1)

  • El Xerez CD, de más a menos, arranca un empate en Lucena

Un buen punto para arrancar

Un buen punto para arrancar

Los rostros de los jugadores del Xerez Club Deportivo al enfilar el vestuario al término del primer capítulo denotaban una extenuación que auguraba la decadencia en la segunda parte. Unos vaticinios que tornaron en realidad desde que se reanudó el partido.

El Ciudad de Lucena se sacudió las imprecisiones y la discontinuidad que lo habían lastrado hasta entonces y arremetió contra la portería de David Zamora. Los locales -ahora albiazules por la nueva indumentaria- interpretaron un monólogo durante media hora. Un dominio indiscutible que le suministró el empate, mientras los de Vicente Vargas suplían con orden y gallardía la descomposición física. La postrera expulsión de Ángel agrandó la estimación de un punto más valorado por los foráneos que por la escuadra de Diego Caro.

Pedro Carrión pudo hacer el 0-2 al final de la primera mitad pero falla un uno contra unoVargas mete en la segunda mitad a Agu e Israel para capear la presión aracelitana

Cinco cromos diferentes utilizó en el once Vicente Vargas respecto del plantel que celebró el ascenso el pasado 28 de mayo. Los dos centrales, Borrego y Hedrera -repletos de veteranía y sapiencia táctica-; Ángel, en el lateral derecho; Polaco, pulmón y vehemencia en la medular; y Albino, inclinado en la parte izquierda del ataque, y autor de la diana xerecista.

Los intercambios de cánticos entre las respectivas aficiones preludió un duelo balanceado entre el debut en categoría nacional del Ciudad de Lucena y la evolutiva resurrección del Xerez Club Deportivo, un club septuagenario. La incesante movilidad, con y sin balón, la conjunción plena y las maniobras armónicas perfilaron en el primer período a un Xerez que se impuso territorialmente a su oponente.

Paco Borrego y Dani Hedrera adelantaban sin temores la línea defensiva y Alberto y Polaco convocaban con éxito a sus compañeros procurando -y logrando- obtener superioridades numéricas en la medular.

El Ciudad de Lucena, con siete fichajes en su alineación inaugural, adoleció, hasta el intermedio, de naturalidad en las transiciones, manifestándose, por momentos, incomprensiblemente errático. El aislamiento de David Carmona en el flanco zurdo mermó a la escuadra celeste que vagaba sin una brújula fiable.

Un testarazo de Albino ratificó la partitura del envite. David Narváez ejecutó desde el córner y el extremo zurdo del Xerez transitó en solitario por el área pequeña, batiendo a Jorge Sánchez, atónito ante la soledad de su adversario.

El Ciudad de Lucena digirió el revés como se asimilaban esos telegramas que nunca deseabas recibir, temiéndote constantemente su llegada. Las arrancadas de Dani Espejo por el carril zurdo, siempre sin concretar, silbaban tímidamente entre los clamores de empaque y rigor emitidos por el Xerez. Sus futbolistas demostraron que Vicente Vargas había sometido a su contrincante a un estudio clínico, pormenorizado, ahogándolo en el carril central y obligándole a que sus acciones las implementaría Valentín Goffin, el futbolista con menos dotes en esta faceta.

El colegiado Viñolo Payán decretó el inicio del asueto segundos después de que Pedro Carrión marrara una de esas acciones que materializa de memoria. Jorge Sánchez aguantó hierático y el punta de Cártama se topó con su cuerpo.

Las triangulaciones vertiginosas, las posesiones inacabables y una determinación inexorable por adueñarse del área ajena del Ciudad de Lucena, capitaneado en el ancla por un Fran Lara inmaculado, emergieron en el despertar del segundo acto y avanzaron la modificación en el guion. Al Xerez únicamente le restaban resortes para ralentizar el ritmo y aplacar las múltiples irrupciones del cuadro de Diego Caro.

Diez minutos precisó el Ciudad de Lucena en su propósito de equilibrar la contienda. David Carmona, inmenso en las operaciones desde fuera hacia dentro, recibió el cuero en la izquierda, dribló a varios defensores y le dibujó una parábola curva a David Zamora, con el balón amante de las redes tras acariciar el poste.

Los procedimientos predilectos del Ciudad de Lucena eran los que discurrían por el interior, donde acumulaba efectivos y desarbolaba a un Xerez Deportivo que superó el éxtasis de su antagonista sin entregar el primer punto de la campaña. La furia local se rebajó en el último cuarto de hora y, pese a las innumerables visitas al territorio de David Zamora, la incapacidad en la finalización le privó de culminar la remontada, saldándose en tablas el duelo entre dos recién ascendidos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios