Barragán, Quirós, Israel y Caro han sido los cuatro capitanes del Xerez esta temporada. Durante todo el año no lo han tenido fácil ni en el plano deportivo ni en el de las relaciones con el grupo. Los tres primeros son de los más veteranos de la plantilla, junto a Nene, y han tenido que hacer ver a los más jóvenes la otra parte del fútbol. La mayoría de los futbolistas de la plantilla nunca había entrenado durante todo un año en medio campo ni a las nueve y media de la noche.

Ahora, echan la vista atrás y se muestran satisfechos con la permanencia, aunque no ocultan que podían haber hecho las cosas mucho mejor, y sus dos grandes ilusiones son la de volver a competir la próxima temporada para que el Xerez continúe con vida jugar en Chapín, "nuestra casa".

La plantilla entrenó por última vez el pasado jueves y Barragán explica que "hacía tiempo que no entrenábamos todos juntos y teníamos muchas ganas de vernos. No sabemos si el club podrá salir a competir o no. Yo lo que deseo es que, tanto si se puede como si no, se sepa mucho antes que el pasado verano, que sufrimos mucho hasta el último día".

En cuanto al grupo, destacó: "Que un mes después de terminar la Liga nos sigamos reuniendo veinte compañeros en La Granja lo dice todo. Sólo faltaron Pedro y Caro porque estaban trabajando. Hemos tenido diferencias como en todos los equipos, es lógico, pero nos unieron más. Con todos los problemas que hemos tenido, si ese vestuario no hubiese sido una piña, es que no acabamos ni la temporada".

El defensa sabe que "todo está muy complicado, hasta diría que más que el año pasado, pero creo que vamos a salir a competir. Hay mucha gente que está trabajando para que así sea, gente que siente los colores y que ama a este club, aunque Ricardo sigue siendo el problema".

El Xerez tuvo la oportunidad de jugar un partido en Chapín la pasada temporada. Barragán sueña con "jugar allí si competimos y nos lo permiten toda la temporada. Es la casa de Xerez, en ese tema no hay dudas. Supondría una ayuda económica para el club por todo lo que conlleva, publicidad, el bar...".

Por último, de esta temporada se lleva "a los grandes amigos que he hecho, el orgullo de defender este escudo, y lo que he disfrutado y aprendido junto a Mendoza y a sus técnicos, que han recibido palos por todos lados sin merecerlos", y borraría "mi expulsión ante la Roteña. Jamás olvidaré ese momento ni lo que ese señor hizo conmigo y con el equipo".

Quirós es otro de los capitanes y de los que ha vivido la temporada de forma intensa. Xerecista desde pequeño, hace dos campañas jugó en el Xerez DFC, y la polémica le ha perseguido todo el año. El lateral no se arrepiente "ni de mi etapa en aquel club porque hay mucha gente buena y tuve unos compañeros magníficos, ni por supuesto de ésta. Me siento orgullosísimo de haber defendido la camiseta de mi Xerez Club Deportivo y estoy dispuesto a seguir haciéndolo, aunque eso ya no depende de mí".

En el último entrenamiento de la temporada tuvo sensaciones "difíciles de explicar. La verdad es que fue bastante emocionante. El míster se despidió de nosotros y nos transmitió que otra vez tendremos un verano cargado de incertidumbre. Nos dio las gracias por todo y somos nosotros los que tenemos que darle las gracias a él. La temporada ha sido muy dura pero ha merecido sufrir tanto porque al final conseguimos salvar la categoría y que el club siga con vida. Hemos formado casi una familia, no nos queremos ni ir de vacaciones. Tenemos un grupo de diez, con el que se puede ir al fin del mundo".

Quirós también quiere ser optimista y resalta que "espero y deseo volver a competir, este club no merece morir así. Es complicado pero hay gente que está trabajando mucho y con ganas e ilusión. Ojalá se solucionen todos los problemas y antes que el verano pasado. Y si encima se nos presenta la oportunidad de jugar en nuestra casa, Chapín, ya sería lo máximo".

El balance de la campaña para él es "sobresaliente y cada día que pasa creo que ha tenido más mérito lo que hemos conseguido, sin ayudas, con zancadillas y recibiendo críticas por todos lados. Me quedo con el grupo humano, técnicos y jugadores, con el partido que jugamos en Chapín y con el triunfo en Cádiz ante el Balón por lo que supuso. Lo estábamos pasando muy mal, rompimos la racha, ganamos y nos salvamos... Y borraría alguna derrota injusta y algunos arbitrajes, hubo momentos en los que se cebaron con nosotros".

Israel, por su parte, confía en que el club pueda salir a competir la próxima temporada: "Veo a la gente negativa, llevan años diciendo que éste es el último año del equipo, matándolo, pero al final salimos y espero que en esta ocasión sea igual. Tenemos muchas esperanzas en poder jugar la próxima temporada pero es algo que escapa de nuestras manos, lo tiene que solucionar Ricardo García y sé que los jugadores de Jerez, que son los que conozco, están dispuestos y no cerrados en banda pero hay que cumplir con ellos". Para el central, la temporada ha sido "muy dura, trabajando en unas condiciones mínimas pero estoy orgulloso de haber podido defender el escudo que desde pequeñito he seguido, eso ha sido lo mejor. Lo peor, las condiciones en las que hemos trabajado y que esperaba más apoyo de la afición. Chapó para los que han estado con nosotros pero esperaba más aficionados. La gente ve que esto es el Xerez y se cree que tenemos que estar arriba luchando por ascender pero hay que ser realistas y saber en qué situación estamos ahora. Ojalá podamos salir a competir, jugar en Chapín y que se enganche mucha más gente".