Xerez CD

Un líder sin sombras

  • El conjunto azulino continúa abriendo brecha al frente de la tabla tras firmar otro encuentro serio frente a un rival ‘jugón’ · Los xerecistas dejan ya a nueve puntos al equipo charro

La afición del Xerez vive en una nube, cada jornada que pasa comprueba atónita como su equipo rompe estadísticas -el cuadro azulino encadenó ayer su cuarta victoria seguida esta temporada y ha superado ya los números que en su día marcó Lucas Alcaraz, que parecían inalcanzables para los que venían detrás a estas alturas de campaña- y se asoma cada vez con paso más firme a Primera.

Esas dos palabras son impronunciables por el momento en el vestuario azulino pero quiera o no Esteban Vigo -por la forma en la que celebró la victoria sabe que es posible- van a tener que empezar a introducirlas en su vocabulario habitual, entre otras cosas porque ya sólo le faltan cuatro puntitos para llegar a la barrera de los cincuenta.

El Deportivo firmó ayer un partido serio, en el que por momentos le tocó sufrir, en el que tuvo que tirar de experiencia ante un Salamanca ‘jugón’ y que volvió a resolver gracias al estado de gracia de Momo y a otro gol de Calle. Este Deportivo arriba es dinamita pura y no necesita muchas oportunidades para hacer goles.

Ocurre con cierta regularidad en el fútbol y en Jerez en particular. Se anuncia un choque atractivo por un sinfín de razones y al final no existe ninguna para justificar por qué ocurre todo lo contrario. Ayer también se superó ese síndrome en Chapín. Aunque el encuentro no fue excesivamente brillante, los puntos se quedaron en casa, tuvo momentos de excelente juego y dejó detalles de algunos protagonistas a los que definitivamente se les ha quedado pequeña la categoría.

De este modo, el soñado ascenso a Primera División se percibe cada vez más cercano. Resta casi una vuelta de campeonato pero la brecha es cada vez mayor y también cada vez más complicada de reparar porque las jornadas se consumen y los tropiezos de los perseguidores directos también se multiplican.

El Xerez ha encontrado en estas últimas semanas su fuente de inspiración en Momo. El canario tampoco quiso faltar ante el Salamanca a su cita y se volvió a mostrar en su mejor versión.

La influencia del juego casi sutil del zurdo azulino volvió a ser clave, ya que fue el encargado de abrir el marcador a los once minutos con un bonito tanto tras una sutileza de Antoñito dentro del área, que le dejó en bandeja la posibilidad de regatear a Biel Ribas para batirle sin piedad.

El asombro por lo que está ofreciendo este jugador -gracias Miguel Ángel por haberle firmado cuando nadie confiaba en él en A Coruña y gracias Esteban por darle confianza- parece no tener límites. Ayer hizo su séptima diana consecutiva y los adjetivos para calificarle corren peligro de extinción entre parte de la prensa, sólo en parte claro, porque todavía los hay que le echan en cara sus lagunas defensivas…

El gol llevó el delirio a una grada que ayer más que nunca llevó a su equipo en volandas ante un rival que no se entregó. Tras encajar el tanto, intentó rehacerse un poco y siguió tocando y tocando la pelota -por Quique Martín no pasan los años- buscando la recompensa de un tanto que no recibió hasta la segunda mitad.

 Los xerecistas se marcharon al vestuario ganando pero salieron de él convencidos de que todo estaba hecho y con una pájara más grande que las le costaron a Perico Delgado más de un  Tour. En el fútbol, a estas alturas de competición, nadie perdona y mucho menos cuando tiene la necesidad imperiosa de ganar para seguir enganchado al tren del ascenso.

En apenas siete minutos, el conjunto de David Amaral puso las tablas en el marcador con un gol desgraciado de Antonio Calle en propia meta en su intento de despejar un saque de esquina lanzado por Salva Sevilla.

Las tablas dieron alas a los charros, que en el minuto 58 pusieron a prueba los reflejos de Chema. El meta azulino tuvo que lucirse para desviar un disparo de Miku, que había recibido un gran pase del incombustible Quique Martín.

Los minutos se consumían y el potencial azulino parecía desvanecerse. Entonces, la afición comenzó a apretar y los azulinos empezaron a darse cuenta de los riesgos que estaban corriendo ante un enemigo con tan buen trato de balón como con falta de acierto en los metros finales.

Redondo levantó al público con un trallazo con la izquierda desde la frontal que sacó con la yema de los dedos Biel Ribas. Poco después, llegaba el momento Calle. El delantero madrileño trabaja, se mata en cada encuentro pero su juego no engancha, aunque sí lo están haciendo sus goles.

Tras el duro revés del tanto en propia puerta, tenía que resarcirse de alguna manera y vaya si lo hizo. Viqueira sacó de cine una falta desde el lateral izquierdo del área y el madrileño la remató de cabeza. Era el 2-1 y casi la sentencia, que el delantero celebró a lo grande con los aficionados de Fondo Sur y también con su entrenador, al que dedicó el tanto, igual que hiciera Momo con el suyo.

El encuentro se rompió y Amaral se la jugó arriesgando con todo lo que tenía en el banquillo, pero su arsenal se quedó en nada comparado con el potencial azulino. Aún así, el cuadro charro tuvo opciones de empatar y también los xerecistas de lograr un triunfo más amplio, que les hubiese  permitido también ganar el ‘goal average’ particular.

La cuarta victoria consecutiva se puede describir desde la lectura de un buen trabajo colectivo y del acierto de los goleadores, pero detrás de este triunfo también hubo protagonistas callados que brillaron en la dimensión que sólo suelen agradecer los entrenadores. La entrega, el esfuerzo y el acierto mostrados por futbolistas como Aythami, Mendoza, Moreno o Redondo también dejaron una profunda huella en esta victoria. Con el ascenso a la vista y contra adversarios de este perfil hay que dejarse la piel, ellos se la dejaron junto a todo su corazón.

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