La Voz Invitada

Olivar y cambio climático, por una red experimental internacional

  • El workshop celebrado por la UNIA el año pasado abrió una línea de estudio.

Olivar.

Olivar.

“... los números acumulados en el espacio y en el tiempo nos abrasan con el peso de la evidencia (el cambio climático)...” Javier Sampedro. 9 de noviembre de 2017.

Los riesgos de futuros escenarios de calentamiento global afectarán a las poblaciones y territorios sustentados por el cultivo del olivo. Resulta ilustrativo que lo que sucede en las nuevas áreas de cultivo del olivo abiertas tras el Descubrimiento de América anticipen lo que puede ocurrir a mediados y finales de siglo actual en el Mediterráneo, donde se pronostican aumentos de la temperatura media de 2º a 4º C.

El cambio afectará a los meteoros que acontecen durante los diferentes procesos del ciclo reproductor bienal del olivo (formación, latencia y brotación de yemas, desarrollo de las inflorescencias y flores, floración, cuajado y desarrollo del fruto, acumulación del aceite y maduración), es decir, a su cosecha.

Como la temperatura es una de las variables atmosféricas más determinantes para el desarrollo de las plantas, su relación con las fases fenológicas ha sido siempre esencial para la actividad agraria. La predicción de la temperatura en futuros escenarios de calentamiento mediante modelos de simulación está proporcionando información para evaluar la incidencia, actual o futura, de factores climáticos extremos en la producción de los cultivos, en nuestro caso la cantidad y calidad de las cosechas del olivar.

Por ejemplo, la introducción del olivar en América se inició a mediados del siglo XVI en el ámbito insular caribeño. En estas zonas tropicales el olivo vegetaba, pero no florecía. Solo cuando el olivo se plantó en altura, en tierra firme, floreció y fructificó. La actual difusión del olivo desde California hasta Chile y Argentina evidencia la necesidad de frío invernal para la floración del olivo y las consecuencias de su insuficiencia.

Predecir el futuro

Por tanto, el presente del olivar en América puede anticipar el futuro del olivar en el Mediterráneo. Por ejemplo, la sistemática introducción de variedades empíricamente seleccionadas en países mediterráneos, donde el frío invernal es suficiente para la floración, ha dado lugar a desigual adaptación del olivo en las diferentes regiones americanas. La ausencia de floración o su asincronía son signos que muestran la inadaptación de una variedad por falta de frío invernal en una zona climática determinada.

En consecuencia, las necesidades de frío de las variedades emergen como un carácter determinante de la adaptación varietal en nuevas áreas de cultivo y en una Cuenca Mediterránea afectada por el calentamiento global.

"Se trata de valorar la adaptación del olivo en ambientes diversos y seleccionar y obtener variedades adaptadas a los nuevos escenarios geográficos y climáticos del futuro olivar"

Se precisan redes de ensayos de variedades en zonas climáticas con problemas de adaptación varietal y el uso de modelos de simulación que informen sobre el comportamiento varietal en diferentes escenarios de calentamiento global. Además, es preciso el estudio de la variabilidad genética de la respuesta del olivo a factores del clima críticos para las cosechas, tales como necesidades de frío para floración, temperaturas elevadas durante floración, rendimiento graso, épocas de maduración, etc. Se trata de valorar la adaptación del olivo en ambientes diversos y seleccionar y obtener variedades adaptadas a los nuevos escenarios geográficos y climáticos del futuro olivar.

Encuentro de la UNIA

El pasado año la UNIA celebró un encuentro entre científicos de Andalucía pertenecientes a Universidades, a centros del CSIC y del Ifapa con otros de Argentina, Chile, Florida y Túnez, países donde ya se viven problemas de inadaptación varietal por falta de frío invernal y por acontecimientos de temperaturas extremas en los procesos del ciclo reproductor del olivo que limitan o condicionan su cosecha.

El objetivo final del workshop era establecer colaboraciones entre investigadores de países mediterráneos y americanos ocupados en estos problemas y promover proyectos orientados a encontrar soluciones para el cultivo del olivo en zonas de clima extremo en la actualidad o en escenarios futuros de calentamiento global. Se precisan redes internacionales para dar respuesta a este desafío. En nuestra opinión el reto suscitado en aquel workshop sigue pendiente.

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