La Voz Invitada

Agricultores y ganaderos, sostenibles por naturaleza

  • UPA reclama que en Europa se reconozca la dificultad del trabajo de los productores

Cultivos en el Bajo Guadalquivir.

Cultivos en el Bajo Guadalquivir.

En pleno debate sobre la sostenibilidad de las actividades humanas y su impacto en el medio ambiente, desde UPA rompemos una lanza en favor del modelo de agricultura y ganadería familiar, el mayoritario en España y en Europa.

Los productores de alimentos acogidos a este modelo productivo son sostenibles por naturaleza, ya que su principal objetivo es aprovechar los recursos de forma sostenible y que sus descendientes puedan seguir haciéndolo. Recientemente se ha celebrado el Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), donde han tenido lugar intensos debates sobre el impacto de las actividades humanas en el medio.

Desde UPA hemos participado activamente, explicando nuestros proyectos para ayudar a los agricultores y ganaderos a adaptarse al cambio climático, nuestras iniciativas de fomento de la biodiversidad, nuestro proyecto de mejora de los suelos agrícolas y el aumento de la materia orgánica, la gestión de los residuos agrarios, Agenda 2030 y ODS, alimentación, salud y agricultura o despoblación, entre otros temas. También hemos analizado los efectos de la estrategia “De la Granja a la Mesa” en el medio rural.

La sostenibilidad, una mesa con tres patas

Un sistema alimentario lógico es aquel que se basa en la sostenibilidad, en sus tres vertientes: medio ambiental, económica y social. Si se rompe una de estas patas la sostenibilidad es una quimera. Por ello, reclamamos que las políticas nacionales y europeas –muy en especial la Política Agraria Común– apoyen a los productores en su labor en pos de la salvaguarda del medio ambiente y la biodiversidad.

Hacemos un llamamiento a las organizaciones medioambientalistas, a los gobiernos –en especial a los ministerios de Transición Ecológica y de Agricultura-, así como a las instituciones europeas y mundiales a centrar el debate sobre medio ambiente y producción de alimentos y ser conscientes de que los agricultores y ganaderos somos agentes vulnerables dignos de la máxima protección.

Nadie debe olvidar que nuestro papel principal es producir alimentos y si nosotros no podemos hacerlo, porque no nos pagan un precio justo o porque nos ponen demasiadas trabas para hacerlo, habrá que traer los alimentos de otros lugares. Lugares donde, estamos seguros, el respeto al medio ambiente será menor.Uso sostenible de los recursos

Los agricultores y ganaderos realizan un uso sostenible de los recursos, especialmente los de pequeña y mediana dimensión y estructura familiar. Sobre uno de los asuntos que en ocasiones es objeto de cierta demagogia, el uso de los productos fitosanitarios, en UPA podemos asegurar que en Europa es razonable y sostenible. Recientemente hemos presentado las conclusiones de un estudio elaborado por el Comité Económico y Social Europeo y coordinado por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. El informe ha evaluado la Directiva europea 2009/128/EC, concluyendo que la utilización de estos productos para luchar contra las enfermedades de las plantas y garantizar la producción de alimentos es razonable y sostenible.

”La sociedad debe saber que los fitosanitarios se usan con control y con seguridad”

La directiva ha contribuido a que el uso de los fitosanitarios en Europa sea cada vez más lógico y adecuado. La manipulación y el tratamiento con fitosanitarios en el campo ha vivido avances significativos desde 2009. Sin embargo, sigue habiendo cierta falta de conocimiento sobre las normativas que rigen su aplicación en los usuarios finales. El informe también concluye que hay que reforzar los sistemas de monitorización para analizar el cumplimiento de los objetivos de reducción de fitosanitarios.

Los agricultores nos enfrentamos a las presiones de producir más alimentos haciendo un uso cada vez menor de herramientas como los fitosanitarios, cuando las alternativas para hacer frente a problemas como las plagas son escasas y caras. El 81% de los agricultores encuestados por el CESE aseguran que sufren presiones económicas para usar los fitosanitarios e incrementar su rentabilidad.

Al mismo tiempo, los productores vemos cómo se incrementan las importaciones a Europa de productos de terceros países que no se caracterizan precisamente por hacer un uso sostenible de los fitosanitarios. El principio de reciprocidad en los acuerdos con otros países no se está cumpliendo. Un tema sobre el que urge tomar cartas en el asunto, sobre todo en acuerdos comerciales con países como Marruecos, Sudáfrica, Túnez o Egipto.

Todos queremos una Europa más limpia y sostenible y los agricultores somos expertos en producir más con menos, pero es fundamental que se reconozca la dificultad de nuestro trabajo y la necesidad de garantizar unos precios justos para nuestros productos. Producir alimentos es complejo, y el cambio climático lo complica aún más, por eso la sociedad debe saber que los fitosanitarios se usan con control y con seguridad. Aquí más que en ningún lugar del mundo.

Las exigencias ambientales

La sociedad europea debe ser consciente de que la PAC no es una política para los agricultores y ganaderos, sino para todos los ciudadanos y ciudadanas. Recientemente fracasaban las negociaciones para cerrar la futura PAC antes del mes de junio. El escollo principal fueron las exigencias ambientales.

Tanto la Comisión, como el Parlamento y el Consejo deben ser muy conscientes de los avances que la agricultura y la ganadería han hecho en estos años en competitividad, sostenibilidad y modernización. No podemos permitirnos que ningún agricultor o ganadero se vea obligado a abandonar por no cumplir nuevas exigencias de carácter medioambiental.

La transición ecológica deberá abordarse contando con los productores de alimentos como protagonistas, y no como víctimas, ni mucho menos como culpables.

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