Finanzas

El pimiento lidera el control biológico, pero no se consolida en tomate y pepino

  • El presidente de Hortyfruta hace balance de los cuatro años de trabajo de ‘I love bichos’

Aránzazu Martín, Francisco Góngora y María José Pardo, en la presentación de la campaña ‘I love bichos’.

Aránzazu Martín, Francisco Góngora y María José Pardo, en la presentación de la campaña ‘I love bichos’.

En estos últimos cuatro años, la Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Hortyfruta) ha analizado y observado cómo ha sido la evolución de la técnica de control biológico, tanto en Almería como en la costa tropical de Granada. Y entre las principales conclusiones, destaca que el sector es testigo de que el control de plaguicidas con productos químicos se complica. Por un lado, las plagas se vuelven resistentes y, por otro, la sociedad exige productos sin residuos. Así de tajante se muestra Francisco Góngora, presidente de Hortyfruta, en un artículo de opinión publicado recientemente en la web de Redsostal, la Red para la Sostenibilidad Agroalimentaria.

A juicio de Góngora, el cambio climático se hace notar con inviernos que son cada vez más cálidos, por lo que las plagas tienen actividad en meses en los que antes los agricultores no tenían que preocuparse. “El control biológico en pimiento ha sido muy exitoso, como única alternativa para el control de trips, plaga clave actualmente. Gracias a ‘los bichos’, por ejemplo, Almería ha podido recuperar su posición como exportador, después de haber perdido un mercado muy importante a causa de los residuos de plaguicidas. No solo ha recuperado este mercado, sino que ha podido crecer enormemente. Esto se traduce en un aumento en el volumen de exportación de pimiento de más de 150 millones de euros anualmente, en comparación con 2007, después de la introducción del control biológico. Igual sucede en el cultivo de berenjena, cuya implantación del control biológico alcanza en la actualidad casi el 100%”, desgrana.

Sin embargo, Góngora reconoce que aún queda camino por recorrer en otros cultivos:en tomate, se usa en el 60%; en pepino, en torno al 50%; calabacín, el 15%;y melón y sandía, menos del 20%. “No obstante, los resultados técnicos son excelentes, por lo que se justifica un esfuerzo para difundir estas experiencias”, señala.

También reconoce que cada vez hay más plagas contra las que la fauna auxiliar se presenta como única solución, igual que en el caso de trips en pimiento. El último ejemplo es la plaga que se ha convertido en principal problema en tomate, Tuta absoluta.

La industria del control biológico no es muy potente económicamente porque no se pueden patentar los bichos

“La industria de control biológico no es una industria muy potente a nivel económico porque, como saben, no se pueden patentar ‘los bichos’. Por tanto, los márgenes comerciales son muy inferiores a los márgenes sobre productos fitosanitarios que sí pueden ser patentados. Por ello, el sector productor hortícola, con Hortyfruta como organización que lo aglutina, es el primer interesado en mantener y mejorar el control biológico”, concluye.

La biodiversidad en el entorno del invernadero

Algo fundamental y que se ha puesto de manifiesto en las charlas técnicas es la biodiversidad. “Es fundamental crear y potenciar una biodiversidad funcional dentro y en el entorno de los cultivos de invernadero ante plagas como la araña roja, el pulgón o la misma Tuta absoluta, que se ha fortalecido ante los tratamientos.

La biodiversidad facilita un hábitat adecuado para que los ‘bichos’ respondan adecuadamente frente a las plagas. En la actualidad existen más de 27 plantas que se han analizado y que son beneficiosas para la fauna auxiliar. Además, ya hay agricultores y empresas comercializadoras que están apostando por esta diversidad de flora llevando a cabo proyectos de revegetación personalizados para el entorno de los invernaderos, en los que se indican las especies a implantar según la necesidad de cada zona productora”, apunta Góngora.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios