Andalucía

Abdelmajid Bary, el primer terrorista que llegó en patera a España y… acabó confinado en Almería

El terrorista yihadista Abdelmajid Bary detenido en Almería.

El terrorista yihadista Abdelmajid Bary detenido en Almería.

Abdelmajid Abdel Bary, de 29 años, llegó este mes en una embarcación semi rígida a España, una patera sofisticada. Algunos diarios británicos le describieron el martes en sus titulares como “el terrorista más buscado” por el Reino Unido aunque no es el único yihadista que figura en cabeza de las prioridades de Scotland Yard.

Abdelmajid Bary fue desde luego uno de los protagonistas de la funesta odisea del Daesh, el acrónimo en árabe del mal llamado Estado Islámico, en tierras de Siria e Irak. “Presenta tanto unos rasgos de personalidad muy peculiares como un perfil extremadamente violento (…)”, señala el comunicado de la Policía Nacional que el martes informó de su detención el día anterior en Almería.

Este joven casi treintañero ha sido además el primer terrorista que llega a España en una embarcación aprovechando las redes de la inmigración clandestina. Zarpó desde algún lugar al oeste de Orán (Argelia) para desembarcar horas después en la costa de Almería. Viajó junto con dos argelinos que le servían de escuderos.

Combatientes extranjeros

Una de las pesadillas de los policías europeos que se dedican a la lucha antiterrorista es precisamente que los llamados “foreing fighters” (combatientes extranjeros) aprovechen las tramas de la inmigración irregular para colarse en Europa con la intención de perpetrar atentados o, en el mejor de los casos, de apartarse de la lucha escondiéndose de la justicia.

Jean-Charles Brisard, director del Centro de Análisis del Terrorismo (CAT) de Estrasburgo, narró en sus trabajos cómo buena parte de la célula que perpetró los atentados del 13 de noviembre en París, que causaron 130 muertos, se introdujo en el espacio Schengen gracias a los intensos flujos migratorios procedentes de Turquía vía los Balcanes. Hasta ahora en España no se había constatado este fenómeno.

El joven Abdelmajid Bary cuando se unió al Daesh. El joven Abdelmajid Bary cuando se unió al Daesh.

El joven Abdelmajid Bary cuando se unió al Daesh.

El segundo motivo de preocupación es que Abdelmajid Bary haya podido poner pie en la costa andaluza procedente de Argelia, un país con larga experiencia en la lucha antiterrorista, pero que no detectó su presencia. Hasta allí debió llegar desde Libia. Fueron algunas llamadas que hizo, durante su recorrido norteafricano, a sus contactos en Europa, las que pusieron en alerta a las policías del Viejo Continente.

Abdelmajid Bary y sus dos acompañantes alquilaron un modesto piso en la calle de Cádiz, cerca del Cerro de San Cristóbal, en el centro de Almería. Llevaban una vida acorde con el confinamiento en vigor. Salían poco a la calle, nunca juntos, y siempre con mascarilla, según el comunicado policial.

Fue en esa vivienda donde fueron detenidos de madrugada en una operación llevada a cabo por la Comisaría General de Información, con el apoyo del Centro Nacional de Inteligencia, y bajo la coordinación del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional cuya titular es la magistrada María Tardón Olmos.

A los agentes les costó identificar a Abdelmajid Bary. Su aspecto había cambiado substancialmente con relación a las fotos que poseían de él. Había engordado mucho. Su identidad solo pudo ser confirmada mediante sus huellas dactilares. Tampoco están claras sus intenciones, si proyectaba perpetrar un atentado en algún lugar de España o de Europa y si poseía medios para ello. Sí había querido regresar a Europa –en Libia apenas corría riesgos de ser detenido- su propósito no debía de ser pacífico.

Un músico de rap

Cuando apenas tenía 20 años, Abdelmajid Bary, parecía más bien orientarse hacía una carrera musical. De origen egipcio, pero con nacionalidad británica, vivía en Maida Vale, un barrio acomodado de Londres.  Con el nombre artístico de Lyricist Jinn se dedicó al rap y tocó también en el grupo Black Triangle cuyas canciones se pudieron escuchar en BBC Radio 1. Sus vídeos están aún colgados en YouTube.

2012 fue el año de su transformación. La justicia británica concedió la extradición de su padre, Adel Abdul Bary, de 59 años, a EE UU. Washington le acusaba de ser uno de los autores de las voladuras, en 1998, de las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania que causaron la muerte de 213 personas. El padre reconoció su culpabilidad en 2014 y fue condenado a 25 años de cárcel.

El hijo renegó entonces de su vida anterior. “He dejado todo gracias a Alá”, escribió en 2013 en Facebook. Emigró a Siria para hacer la yihad. No tardó en darse a conocer al difundir, a través de las redes sociales, una foto suya junto a la cabeza de un soldado decapitado y el siguiente texto: “Relajándome con mi amigo o lo que queda de él”. “Es hermoso cuando ves que las leyes se Alá se aplican”, añadió.

Abdelmajid Bary formó parte en Raqaa, la efímera capital del Estado Islámico, de un grupo de cuatro terroristas británicos, según el Sunday Times, que secuestraron, torturaron y decapitaron a rehenes extranjeros. Por eso fue un tiempo confundido con otro integrante del grupo, Mohamed Emwazi, apodado Yihadi John, probable autor de las decapitaciones de los periodistas James Foley, Kenji Goto y Steven Sotloff y de los cooperantes Alan Henning y David Haines.

 Tras más de dos años en Siria, Abdelmajid Bary se apartó de Daesh por razones no aclaradas. Aprovechó en 2015 la retirada de la organización terrorista de Tal Abyad, cerca de la frontera con Turquía, para cruzar a ese país. Ahí se le perdió el rastro, según informó la policía turca a la británica. En 2017 reapareció brevemente en las redes sociales haciendo de nuevo apología del terrorismo. Desde entonces no había vuelto a dar señales de vida hasta su apresamiento en Almería.

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