La Caja Negra

Aforo completo, bulla en el Palace

Moreno ante los asistentes al Foro Joly

Moreno ante los asistentes al Foro Joly / Antonio Pizarro

El éxito de una convocatoria andaluza en Madrid consiste en llenar los salones del Hotel Palace con público mayoritariamente de Madrid. Muñoz Molina critica en su espléndido ensayo Todo lo que era sólido que las comunidades autónomas convocaran actos de promoción en en el Instituto Cervantes de Nueva York a los que sólo acudían los periodistas españoles desplazados expresamente para la ocasión. Eran los mismos de siempre… pero en ultramar.  

En los salones del Palace había muchos andaluces, claro. Lógico y deseable. Pero había una mayoría de paisanaje capitalino, que es de los que se trataba. Un acto digno de la capital con acento andaluz. No tiene mérito hacer en Madrid lo mismo que en Andalucía con un público desplazado expresamente desde el Sur. Eso sería como los partidos que llenan los mítines fletando autobuses. O como aquellos mandatarios de los años del cuerno de la abundancia (los del boom inmobiliario) que organizaban aquellas expediciones con dinero público para su exclusiva promoción.

Las mesas del Foro Joly en Madrid estaban pobladas por los grandes personajes del PP actual y del que gobernó España con Aznar y Rajoy. Fátima Báñez se acercó a primera hora para saludar antes de tomar un vuelo. Siempre cuida su relación con Moreno y su equipo. Y siempre está en las quinielas del Gobierno andaluz, pero la onubense está la mar de a gusto con la CEOE y con vivir en Madrid. Estaba la primera fila del PP de hoy, el que se ilusiona con las encuestas con el gallego Feijóo al frente edel aparato de Génova, Pío García Escudero en el Senado, Cuca Gamarra en el Congreso de los Diputados y el alcalde Almeida en el Ayuntamiento de Madrid. Y estaba ese PP vintage representado por rostros tan conocidos como Soraya Sáenz de Santa Maria, Iñigo Méndez de Vigo, Esperanza Aguirre, Miguel Arias Cañete, Manuel Pizarro, Eduardo Serra, Isabel García Tejerina o Ángel Acebes.

Los leones del Congreso se fundieron en la Fábrica de Artillería de Sevilla. Feijóo tiene dos “artilleros” andaluces: Elías Bendodo y Juan Bravo. Así los definió Moreno desde el escenario, donde intervino con el efecto de su sombra proyectada de forma permanente sobre el panel que rezaba ‘Foro Joly Madrid’.  

Trajes y más trajes en el salón del foro. Chinos y más chinos con pantalón corto en el vestíbulo principal del hotel que hace años parece el preferido del viajero asiático de alto nivel. La España institucional con acento andaluz y la que depende del turismo. Y que no nos falte.  

Moreno proclama bajadas de impuestos. Soraya asiente. La ex vicepresidenta lo escucha con fervor. Moreno insiste en la capacidad de competir de Andalucía, en la capacidad de trabajo de los andaluces. Fuera tópicos. Hay que decirlo alto y claro en Madrid. El pintor Hernán Cortes atiende al discurso del presidente con una concentración tal que parece estar imaginando el boceto de uno de sus retratos de grandes personajes de la Transición. Se lo decimos al término del acto y se ríe. Testigo de la escena es el abogado Joaquín Moeckel, retratado por Cortés, un cuadro que un día será un problema a la hora de la herencia. No hay prisa.

Tanto público capitalino llenaba la sala que el presidente se tomó una licencia de humor, en esta ocasión con acierto: “Espero verles no solo en nuestras playas, sino en mi despacho para decirme que quieren invertir”. Ciertamente había muchos empresarios. Y también mucho abogado de despacho enmoquetado en la capital y quince días de agosto en el Puerto de Santa Maria.

No la nombró pero se refirió a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la que muchos ven como la jefa de la oposición de Andalucía desde Madrid. El presidente se confiesa templado y de centro. Pero es contundente sobre el indulto de Griñán. En esos momentos hay un silencio especialmente profundo. Las risas vuelven cuando comenta que con tanto ministro se pueden formar dos equipo de fútbol y hasta asignar un árbitro.

En Madrid hay mucha presión mediática, mucho ruido. Lo dice Moreno. Quizás por eso la templanza es un burladero en el que se siente protegido. Paco Rosell viene de la tertulia de Carlos Herrera. Mariló Montero, consejera editorial del Grupo Joly, se marcha a un plató de televisión. Tomás Burgos dice que el acto ha sido un éxito rotundo y se hace fotos de recuerdo con el fondo del fotocol. Feijóo saluda con seriedad a algunos de los espontáneos. Prudencia se llama. Al finalizar el acto se retiran los zumos (el público ha sido más de agua que de vitamina C) y se forma una bulla tal que hay que apartar de forma improvisada varias mesas. Rosauro Varo luce el cuello abierto como recomienda el presidente Sánchez. José María Pacheco, presidenta del Konecta, y Concha Yoldi, presidenta de Persán, son de los empresarios que más saludos reciben. 

En Madrid hace calor con tendencia al bochorno. La bulla dura hasta que se forman dos corrientes: una de entrada para cumplimentar a Moreno y Feijóo, y otra de salida para coger sitio en el vestíbulo. Los chinos se ven orillados. La semana ha arrancado fuerte en la capital. Verba volant, los chinos permanecen. Una placa recuerda la construcción del hotel Palace en sólo un año. Algo más tardó el Centro-derecha en obtener su primera mayoría absoluta en Andalucía. 

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