Andalucía

Almacenan los cordones umbilicales de 200 bebés para tratar a sus hermanos

  • El banco andaluz, ubicado en Málaga, conserva unas 11.000 unidades donadas en toda la región y ha permitido casi un centenar de trasplantes en todo el mundo

En tanques de nitrógeno líquido se guardan las esperanzas de muchas parejas. Allí se conserva la sangre de cordón umbilical de 191 niños de Andalucía que puede salvar la vida de sus hermanos enfermos. Y es que lo que hasta no hace mucho era un desecho tras el parto resulta que contiene células madre capaces de regenerar la médula ósea y se convierte en una alternativa terapéutica imprescindible en la curación de muchas patologías.

Por eso, casi dos centenares de padres con hijos afectados de leucemias, determinadas enfermedades autoinmunes o dolencias genéticas conservan en el Banco de Sangre de Cordón Umbilical de Andalucía, ubicado en Málaga, la donación de un hijo menor, con la esperanza de que pueda salvar al mayor. Entre ellos, la de Javier, el bebé nacido el pasado 12 de octubre en Sevilla y que no sólo está libre de una enfermedad genética, sino que puede curar a su hermano.

Éstas son las llamadas donaciones dirigidas, porque van destinadas a curar a un paciente en concreto. De momento, de las 191 unidades –que son bolsas de sangre que apenas supera el tamaño de un sobrecito de azúcar– sólo se ha utilizado el 2%. El resto continúa a la espera de ser empleado y otras han sido descartadas para ese hermano enfermo por incompatibilidad. “Aunque el porcentaje es bajo, resulta útil porque se están salvando vidas”, matiza Isidro Prat, director del banco andaluz.

Pero en estas instalaciones, situadas en el Hospital Civil de Málaga, hay más medicamentos de origen humano. Desde que comenzara su andadura en 1995, el banco ha almacenado 11.000 unidades de sangre de cordón umbilical. Éstas son donaciones altruistas de mujeres que han dado a luz y que pueden ser utilizadas por cualquier enfermo en cualquier parte del mundo. El centro de Málaga ya ha posibilitado un centenar de trasplantes de sangre de cordón umbilical en diversos países: desde la propia España, hasta Australia, Estados Unidos o Austria. Tantos que los profesionales ya han perdido la cuenta de los éxitos logrados.

Pero así como la sangre de cordón umbilical de un niño andaluz puede salvar la vida de un crío australiano, la de un mexicano puede curar a un español. Todos los bancos describen las características de cada bolsita en un registro internacional que es compartido. Cuando un enfermo necesita un trasplante, se busca la sangre más compatible, aunque haya que traerla de las antípodas. Al paciente hay que dejarlo luego sin su médula, porque está enferma y no sirve; aislarlo, porque en ese momento está expuesto a infecciones que podrían matarlo y transfundirle la sangre de cordón. Más o menos en un mes, las células madre de ese fármaco humano, si hay éxito, han generado una nueva médula completa y sana. A diferencia del trasplante de médula ósea –que es otra de las alternativas para estos enfermos y puede tardar hasta seis meses–, el de sangre de cordón está disponible en 48 horas. Una ventaja que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

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