La Alpujarra refuerza sus aspiraciones de ser Patrimonio Mundial
La calificación supondría una gran promoción internacional, que produciría beneficios desde el punto de vista turístico
La Alpujarra está un poco más cerca de convertirse en Patrimonio Mundial. Lo que en la pasada edición de la feria era sólo una voluntad, en Fitur 2014, gracias al impulso de la Diputación de Granada y del resto de instituciones que componen la Comisión de Trabajo creada para elaborar la candidatura, la comarca granadina y almeriense ha dado firmemente los pasos necesarios para consolidar sus aspiraciones ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El más importante de esos pasos ha sido la redacción del expediente de la candidatura y su presentación ante la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. La entrega se realizó el pasado mes de septiembre por parte del presidente de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez, y del rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, dando así inicio a un complicado y arduo proceso administrativo que puede dilatarse bastante en el tiempo. El expediente, tras su correspondiente evaluación, deberá pasar en el futuro a la Lista Indicativa de candidatos de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural, antes de someterse, si todo va bien, al análisis y la decisión de la Unesco.
El diputado de Turismo, Francisco Tarifa, destaca la "rapidez y eficacia" con que la Comisión de Trabajo, presidida por el rector de la Universidad de Granada y creada el pasado mes de febrero ha redactado el expediente de la candidatura. Además, elogia el "consenso y acuerdo con el que ha trabajado" el grupo, conformado por una docena de instituciones.
La presentación de la documentación de la propuesta de inclusión de La Alpujarra en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial en España es una actuación realizada en el marco del proyecto Etnomed Patrimonio Etnográfico, un elemento de identidad y de desarrollo sostenible del Mediterráneo, cofinanciado en un 75% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea, a través del Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España Fronteras Exteriores.
El objetivo perseguido con la declaración de La Alpujarra como Patrimonio Mundial es la potenciación socioeconómica de una 'comarca mágica' y su proyección al resto del mundo como realmente merece.
Un logro de ese calibre uniría a la Alpujarra a un selecto club al que pertenecen zonas tan emblemáticas a nivel planetario como el Parque de Iguazú (Brasil), las Islas Galápagos (Ecuador) o el parque Yellowstone (EEUU), y que en España se reduce a cinco lugares concretos: el Parque Nacional de Doñana, el Parque Nacional del Teide, el Parque Nacional de Garajonay en la isla de La Gomera, la isla de Ibiza y el Parque Nacional Pirineos-Monte Perdido en Aragón.
La Diputación de Granada está convencida de que la Alpujarra cumple sobradamente con los criterios de selección que establece la Unesco para ser incluida en la lista del Patrimonio, porque es un espacio geográfico excepcional y único, de extremado interés que debe ser admirado y preservado para las futuras generaciones.
De cara a la Unesco, el valor de la Alpujarra consiste en la conformación de un paisaje cultural, producto de la actuación del hombre sobre el medio natural a través de más de mil años en los que se ha documentado la interacción entre diversas culturas, especialmente musulmana andalusí y cristiana mozárabe y, más tarde, por la influencia de la cultura castellana.
La calificación supondría una gran promoción internacional, que produciría beneficios desde el punto de vista turístico. El turista que llegue sabe que está en un sitio de excelencia y eso para el lugar es una situación de privilegio. El hecho de que la Alpujarra entre a formar parte de este selecto club va a atraer a un turista especial.
Asimismo medioambientalmente implica una garantía de preservación de sus valores naturales, paisajísticos, culturales e históricos.
Para colgarse el sello de Patrimonio Mundial, la candidatura alpujarreña deberá atravesar un proceso largo en el que la implicación de la propia población de la Alpujarra es fundamental. El orgullo de la gente por el lugar que habita y su implicación es básico. Sirve para mejorar el lugar y para que sus habitantes se hagan corresponsables de su conservación.
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