El pasado, el del 28 de febrero de 1980, como lección del futuro. Ante una posible reapertura de la Constitución, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, defendió ayer una organización territorial de España donde ninguna comunidad goce de privilegios frente a otra. Díaz indicó que la necesidad de “diálogo y acuerdo” en España para abordar reformas no puede “jugar con la unidad y la igualdad de todos los españoles”, aspectos que considera “fuera de toda discusión”. Como en años anteriores, la Junta entregó las medallas de Andalucía en el teatro sevillano de la Maestranza y otorgó los títulos de Hijo Predilecto al cantautor jiennense Joaquín Sabina y al doctor Salvatierra. Durante su discurso, la presidenta defendió la existencia de las diputaciones, puestas en duda en el acuerdo de Gobierno que el líder de su partido, Pedro Sánchez, ha firmado con Ciudadanos para la formación de un Gobierno en España.

La jefa del Ejecutivo andaluz alertó sobre los “ecos de voces del pasado que se niegan a admitir el impulso de igualdad” que supuso para Andalucía el 28-F y defendió que “hoy, como entonces, Andalucía debe alzar la voz para defender que la España amante de su diversidad debe construirse desde el respeto a la diferencia, pero no desde el agravio”.  “Vivimos –siguió– un momento importante en el que debemos actuar unidos para abordar necesarios ajustes en el modelo. España necesita diálogo y acuerdo, elevar la mirada, ver lo que une y no lo que nos separa para encontrar puntos comunes; no puede ser un juego donde unos ganen y otros pierdan”. 

Díaz reivindicó los acuerdos alcanzados durante la Transición “frente a los que piensan que se logró poco” y defendió la necesidad de “mirar el pasado con ojos futuros evitando creer que la historia empieza con nosotros”.  Dentro de los cambios de modelo que pueden abordarse, la presidenta se declaró “a favor de reformar instituciones bicentenarias” como las diputaciones provinciales, pero “teniendo en cuenta la gran tarea que hacen cada día para dar oportunidades a los pequeños municipios”. “Reformemos y mejoremos sin miedo, pero conservemos todo lo que tenemos que conservar porque lo construido en estos años de democracia es mucho y es bueno”, subrayó al respecto de uno de los puntos del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos. 

El doctor Ángel Salvatierra y Joaquín Sabina recibieron en la misma ceremonia el título de Hijo Predilecto, en un acto en el que el cantaor Arcángel y el pianista Dorante hicieron el cierre con una interpretación del Himno de Andalucía. Buena parte de su discurso, Susana Díaz lo dedicó a mostrar el orgullo de los andaluces del sistema público sanitario, “entre los mejores del mundo”. “Cuando hablamos de salud, lo hacemos de la vida de las personas”, añadió. La dirigente andaluza calificó de “una realidad inaceptable” la violencia de género. “La desigualdad tiene rostro de mujer –dijo– y no tiene sentido que apostemos por la igualdad en los servicios públicos y no hagamos lo suficiente contra la desigualdad de las mujeres”.  

En este sentido, la presidenta lamentó la importante brecha salarial entre hombres y mujeres. “Tenemos que ser tajantes en esto”, aseveró, abogando por “no dar un paso atrás” en la denuncia de la discriminación. “La lucha contra la discriminación no puede basarse en minutos de silencio y golpes de pechos”, indicó,  valorando en esta línea el trabajo que realiza la fiscal de la Audiencia de Jaén sobre Violencia contra la Mujer, Gracia Rodríguez, galardonada con la Medalla de Andalucía. “No podemos regatear para acabar con esta violencia machista, que se ha cobrado más víctimas que todas las organizaciones terroristas juntas”,  manifestó. En este sentido, valoró el gesto de Alejandro Sanz durante un concierto, que “ha hecho mucho más que miles de campañas institucionales” contra la violencia de género. En un gesto de pluralidad, la presidenta agradeció los  ejemplos de la política “noble y generosa” al mencionar a políticos como Diego Valderas, Luis Uruñuela, Soledad Becerril, Ángel López y Antonio Ojeda.