Andalucía

Apuñaló a su ex mujer porque no le dejaba ver a sus hijos

El hombre de 44 años acusado de asesinar de 21 puñaladas a su ex pareja, el pasado 8 de mayo de 2011 en el barrio almeriense de El Zapillo, aseguró ayer durante el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial que se arrepiente todos los días de lo que hizo porque "por desgracia acabé con un ángel, la mejor persona que ha pasado por mi vida. Si llego a saber lo que iba a hacer esa mañana, no cojo el cuchillo y me tiro al agua con algo atado a las piernas".

El acusado, Vicente Fernández, aseguró ante el tribunal que cuando la abordó en plena calle, "no quería quitarle la vida" y que solo quería hablar con ella porque no le dejaba ver a sus hijos, de 6 y 9 años. "Me sentó muy mal que me dijese que no podía ir a la comunión de mi niña y me molestó la forma en que me llamó para decirme que era un mal padre y que no podía confiar en mí", indicó el procesado.

El acusado, que se enfrenta a una pena de 25 años de cárcel a petición del Fiscal, alegó que el "shock" en el que se encontraba en el momento de los hechos no le permite recordar nada del momento del apuñalamiento a su ex y afirmó que, después de que ella le "amenazase" y le "insultase" esa misma mañana, sacó el cuchillo que llevaba "bajo la camiseta" y la amenazó con pincharle. "Me dijo cosas que nunca habían salido de su boca y que no tenía cojones de pincharle", aseguró el acusado, al tiempo que explicó que fue en ese momento cuando "se abalanzó" y le asestó las cuchilladas. Luego esperó a la Policía sentado en el banco de una plaza e incluso dejó el cuchillo junto al cadáver. "Deténganme; enciérrenme y que no salga nunca. Yo he matado a mi mujer", le dijo a la Policía ese día.

El procesado reconoció que la madrugada anterior al crimen se pasó "de la raya bebiendo" y rechazó que estuviese horas acechándola a la puerta del domicilio de su abuela, al que ella se había trasladado a vivir después de la ruptura.

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