Andalucía

Cádiz será una ciudad tomada por más de 2.500 policías y guardias civiles

  • Salamanca, en 2005, cortó al tráfico casi 200 calles del casco histórico · Ni los taxis podían acceder al centro de la ciudad

Cádiz será, como todas las que han acogido una cumbre iberoamericana desde que en 1990 se estrenara este encuentro en Guadalajara (México), una ciudad tomada durante los días en los que aquí permanezcan los jefes de Estado. La seguridad será uno de los aspectos más trabajados y tomando como referente la cumbre más cercana en el tiempo, la de Asunción (Paraguay) de este año, y la más cercana geográficamente, la de Salamanca en 2005, Cádiz estará vigilada por entre 2.500 y 3.000 agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, principalmente policías nacionales y guardias civiles. En Salamanca, y lo que ocurra en Cádiz no debe distar mucho del despliegue efectuado en la capital castellana, se dieron cita unidades de subsuelo, perros entrenados, Tedax y Policía Científica. Desde la comisaría de Policía se coordinaron los esfuerzos de los cuerpos de seguridad, vigilando el tráfico y las manifestaciones contrarias a la Cumbre. También sobrevolaron la ciudad del Tormes un avión espía Awacs de la OTAN, ocho aviones de combate F-18 y dos helicópteros Cougar, mientras que por tierra fue vigilada por una batería de misiles Hawk y varias lanzaderas portátiles Mistral del Ejército español. Hubo además patrullas por el río y brigadas antiterroristas.

En el casco histórico, centro neurálgico de la Cumbre, se cortó el tráfico en cerca de 200 calles. Bibliotecas, colegios y universidades e incluso el rectorado permanecieron cerrados, además de centros cercanos a los hoteles donde se alojaron los mandatarios. Los establecimientos hosteleros que venden productos frescos tenían que aprovisionarse cada día antes de las ocho de la mañana. Las panaderías empezaban a trabajar una hora antes de lo habitual para acabar a las ocho como muy tarde. Lo mismo ocurrió con los quioscos de prensa. Asimismo se regularon los horarios de salida y entrada a garajes públicos y privados y se recomendó no llevar grandes bolsos o mochilas que pudieran ser registradas. Ni los taxis podían acceder al centro y los servicios de emergencia tenían que hacerlo escoltados por la Policía. Para los coches fúnebres, las funerarias tenían que enviar un fax a la Policía Local salmantina para notificar dónde debía realizar el servicio en caso de producirse un deceso.

Las cumbres de jefes de estado suelen aparejar manifestaciones de colectivos políticos, sociales y sindicales. Hasta seis concentraciones se produjeron en Salamanca, alguna contraria a la propia Cumbre, otras en apoyo a Cuba y Venezuela e incluso antimonárquicas, pues por entonces se celebraba el 30 aniversario de la entronización del rey Juan Carlos.

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