El de ayer fue un día de teléfonos móviles sordos: ni comentarios ni desmentidos. Nadie, ni en el  Gobierno autonómico ni en la dirección del PSOE quiso aclarar hasta última hora si el recambio ministerial que prepara el presidente del Gobierno afectaría a la Junta de Andalucía y más en concreto a su presidente, Manuel Chaves. El hombre que ha presidido la Junta desde el año 1990 dejará Andalucía para ocupar una de las tres vicepresidencias del nuevo gabinete de Rodríguez Zapatero, una relacionada con las autonomías. María Teresa Fernández de la Vega seguirá en su puesto y Elena Salgado, la titular de Administraciones Públicas, será la vicepresidenta que sustituya a un cansado Pedro Solbes en Economía.

La posibilidad de que José Luis Rodríguez Zapatero afronte el cambio de Gobierno el próximo miércoles está más que sustentanda, toda vez que a algunos miembros del Ejecutivo central se les ha indicado que estén en Madrid y que el propio presidente no negó la información anoche en Estambul. Así, los nuevos ministros podrían tomar posesión antes del miércoles, día en que se celebrará el Consejo debido a que el jueves y el viernes son días de fiesta. Rodríguez Zapatero viajaría después a Doñana, y el martes siguiente se reunirá en el Congreso con su grupo parlamentario. Esta cita, del día 14 de abril, está fijada desde hace algunas semanas, según explicaron ayer fuentas del grupo parlamentario del PSOE.

La marcha de Manuel Chaves supone un auténtico terremoto en el PSOE andaluz, que desde luego no contemplaba ni por asomo esta posibilidad hace unos meses. El pasado lunes se celebró una reunión de la Interparlamentaria en Madrid donde se cerró filas en torno al presidente. Sin embargo, parte de la dirección socialista, no más de cinco personas, ya estaba trabajando con esta posibilidad desde hace algunas semanas. De hecho, este núcleo esperaba que la noticia se mantuviera en secreto hasta el miércoles. Pero a los rumores que comenzaron a sonar desde el viernes se sumó ayer la ausencia de Manuel Chaves en la salida de algunas procesiones de Sevilla, donde tenía previsto acudir con su nieta. La dirección del PSOE andaluz comunicó a los secretarios provinciales la salida y el virtual relevo en la persona de José Antonio Griñán, el vicepresidente económico.

Una de las personas que ha estado al tanto de ello en los últimos días explicó anoche a este medio que el nombramiento de Manuel Chaves "va a ser espléndido para Andalucía, no sólo porque se encargue del asunto autonómico, sino porque, de una vez, en Madrid quieren hacer un Gobierno fuerte para afrontar la crisis, con gente muy experimentada".

La incógnita de su sustituto parece resuelta. Entre los nombres posibles figuraban o su vicepresidente económico, José Antonio Griñán, o Mar Moreno, que ocupa una secretaría en la ejecutiva federal socialista y está muy bien vista por el entorno de Rodríguez Zapatero. No así tanto en la dirección del PSOE andaluz. En cualquier caso, ambos son parlamentarios en la Cámara autonómica, lo que les permitría optar a la Presidencia de la Junta.

Griñán ha sido un hombre clave en esta legislatura, pues en él se había fijado la dirección del PSOE como un posible sustituto desde el principio. Sin embargo, fue él mismo quien lo ha descartado en varias ocasiones, argumentando que es de la misma edad que el presidente de la Junta. El nombre de Griñán también sonó como posible sustituto de Pedro Solbes al frente del Ministerio de Economía. Conocido es el aprecio que José Luis Rodríguez Zapateto tiene por Griñán.

El caso de Mar Moreno es distinto. El entorno de José Luis Rodríguez Zapatero siempre ha apoyado a esta mujer que ocupa la secretaría de Relaciones Institucionales de la ejecutiva del PSOE porque entiende que ella supondría una renovación profunda.

Una de las personas que se da por seguro que saldrá del Gobierno es la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, un cargo al que aspira desde hace tiempo el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Magdalena Álvarez es una de las ministras peor valoradas del Ejecutivo. Hasta ahora ha contado con el apoyo del PSOE andaluz, lo que impidió que Zapatero la sacara de su gabinete con los nombramientos de su segunda legislatura.