La Sección Novena de la Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a 10 años de reclusión en un centro penitenciario a un anciano de 77 años natural de Huelva -y residente en Llorenç del Penedés (Tarragona)- por haber cometido un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a su propio nieto. Los magistrados le prohiben acercarse a su víctima durante 20 años.

El condenado se amparó en el poder de su ascendencia sobre su nieto "con la finalidad de satisfacer sus instintos sexuales", según la sentencia fechada en mayo. Lo hizo, afirman los magistrados, en "innumerables ocasiones" y en el periodo entre 2001 y 2009.

El niño -hijo de la hija del acusado y nacido en 1994- tenía sólo seis años cuando empezó su pesadilla. Comenzó en el verano, en la casa de Ripollet (Barcelona) de un familiar común. Abuelo y nieto veían la televisión cuando el primero, "con ánimo libidinoso, le introdujo, por encima de la ropa, la mano por detrás del pantalón para acariciarle, tocándole las nalgas y el culo". Cuando el crío cumplió nueve años, cada vez que él y sus padres visitaban a su abuelo en su domicilio de Llorenç, uno o dos sábados al mes, "con el mismo ánimo lascivo el acusado le tocaba por debajo de la ropa las nalgas, el culo y el pene". El pequeño padeció un auténtico calvario cuando cumplió 11 años y empezaron las penetraciones. El pederasta "se ganaba su silencio anunciándole el enfado que se produciríasi la familia se enterase".

El chico continuó padeciendo graves conflictos emocionales que le llevaron, en abril de 2010, a confesar lo sufrido. En el juicio, manifestó expresamente que no reclamaba compensación económica alguna por las secuelas. La hija mayor del acusado, tía del chico, declaró en el juicio que también sufrió abusos su padre de niña.