Las calles de Berja están sembradas de puestos y atracciones dispuestos para divertir a los niños y mayores en unas fiestas que se han visto sacudidas por la muerte de María del Carmen Marín, una vecina de 42 años que resultó muerta apuñalada supuestamente por su ex pareja.

"Era una persona de las que no quedan, no podía imaginarme que acabaría sus días así", decía una vecina de Mari Carmen, atónita y sin creerse del todo que ya no la volverá a ver con vida, una respuesta general en la mayoría de los vecinos que ayer se enteraron de que su pueblo acogía a la víctima mortal número 33 de la violencia machista en lo que va de año y la octava en la comunidad andaluza.

Mari Carmen había denunciado los malos tratos a los que su ex pareja, un marroquí de 31 años de edad, que está siendo buscado por la Guardia Civil, la sometía.

Los juzgados de la localidad almeriense dictaron una orden de alejamiento de 200 metros contra el presunto homicida, al que posteriormente le fue impuesto el arresto domiciliario, que finalizó el 30 de julio, tras violar dicha medida de protección.

Ayer nadie se creía en Berja lo ocurrido en el número 11 de la calle Ramón y Cajal. No daban crédito a la mala suerte que golpeó al municipio en una jornada que ya estaba teñida por el luto, debido a la muerte de la madre de uno de los concejales del Ayuntamiento, cuyos restos mortales recibían el último adiós en la Iglesia de la Anunciación, mientras el alcalde, Antonio Torres, informaba a los medios sobre el crimen.

El primer edil expresó su "máxima repulsa y condena" por esta muerte y su solidaridad con el dolor de una familia que vivía "desde toda la vida" en la zona de Berja conocida como el Consorcio. El presunto homicida, que está siendo buscado, es un marroquí con el que Mari Carmen había mantenido una relación tras separarse de su anterior pareja.

Durante este tiempo, este hombre no exhibió ningún comportamiento que hiciese pensar que se iba a producir esta agresión, pero concluida la vigilancia policial, habría seguido a la mujer y se habría introducido en el piso de ella, aprovechando que tenía una copias de las llaves, según el alcalde.

El supuesto homicida podría haber sido visto en el municipio vecino de El Ejido, dijo el regidor.

Las condenas a este asesinato se repitieron durante todo el día y ya están previstos actos como una concentración organizada por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) y la Plataforma Ciudadana contra la Violencia de Género, que tendrá lugar hoy a las 20:00 horas en la Rambla de Almería, así como un minuto de silencio en la Diputación a las doce del mediodía.

Aún sin fecha para su entierro, a Berja sólo le queda despedir a Mari Carmen, a la que ahora recuerdan en cada esquina del pueblo, que vive sus fiestas más tristes.

El caso anterior en Almería se produjo en un asentamiento chabolista de la corona norte de la capital, a unos metros de la A-7, donde malvivía con su familia María Muresanu, una joven rumana diez años menor que la víctima de ayer, y cuyo marido decidió poner fin a su vida, también a puñaladas. Ambas víctimas fueron asesinadas de madrugada, en torno a las 05:00, y sus agresores no dudaron en darse a la fuga.