Andalucía

Expediente ICH0/ 2

  • Así es el informe que tiene que convencer a 14 técnicos de la Unesco en su asamblea de noviembre en Nairobi de que el flamenco es Patrimonio de la Humanidad

El pasado agosto, al límite del plazo, una delegación de la Agencia Andaluza del Flamenco selló en la sede de la Unesco 30 folios con sus anexos. Un registro singular porque el contenido de ese expediente administrativo tenía que contener una historia de siglos, el significado de un arte y su relación con un territorio. Esos 30 folios tenían que resumir por qué el flamenco es un Patrimonio de la Humanidad. Un acto burocrático para el reconocimiento de una expresión que habla de los grandes temas de la vida: la muerte, el dolor, el amor y la justicia. El flamenco, entrando por la ventanilla del expediente ICH Ø2.

Francisco Perujo, actual director de Comunicación de la Consejería de Presidencia de la Junta, entiende las bases del flamenco porque lo usa de contrapunto. Cuando está mohíno, se pone una bulería; cuando está que se sale, se calma con una soleá. Perujo es un hombre clave en el segundo intento del flamenco por conseguir entrar en el inventario del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, después de que hace cinco años la Unesco rechazara su pretensión. El, durante su etapa como director de la Agencia Andaluza de Flamenco, fue el que impulsó con todo su equipo la elaboración de un segundo dossier que acudiera con todas las garantías de éxito e, incluso, cuando ya había abandonado el cargo, siguió colaborando durante sus vacaciones para que se llegara a tiempo y se realizaran las modificaciones que recomendó la Unesco al primer borrador, presentado el pasado enero. Perujo cree en ello y está convencido de que será el primer reconocimiento de la Unesco en este apartado a Andalucía, que sí que tiene patrimonios materiales, como la Giralda o la Mezquita, pero nada que no se pueda tocar.

¿Y esto para qué sirve? Como servir servir, para nada muy concreto. Fermín Lobatón, crítico de flamenco, afirma que "si medimos este reconocimiento inmaterial por posteriores beneficios materiales, es decir, subvenciones y eso, no sirve para nada, pero es un reconocimiento y un honor pertenecer a este inventario. En realidad, todo el mundo sabe que el flamenco es un patrimonio de la humanidad, por tanto, ese reconocimiento hace bien tanto al flamenco como al propio inventario de la Unesco".

A Perujo le han hecho cientos de veces esta misma pregunta y casi la invierte al responder siempre lo mismo: "Yo no entiendo un inventario de obras maestras, de grandes creaciones humanas sin que esté presente el flamenco". Pero hay más, algo más concreto: "Es una medida de salvaguarda, supone una vigilancia. Periódicamente, la Unesco fiscaliza al estado que ha propuesto un nuevo Patrimonio de la Humanidad. Es una tutela en la que te pueden llegar a decir: oiga, usted no está cuidando este patrimonio y yo, como organismo mundial, tengo ahora la obligación de decirle que usted tiene que volver a promocionar, a divulgar este arte porque ya no es suyo, amigo, ahora es de todos. La Unesco tiene todo el derecho, pongo por caso, de decir al Estado español que el deterioro del Albaicín, que es uno de nuestros patrimonio materiales, no es de recibo".

El camino que tiene que recorrer la candidatura andaluza hasta el próximo 19 de noviembre en Nairobi, fecha en la que la asamblea tendrá que refrendar el juicio realizado por 14 técnicos de la organización pertenecientes a 14 países en los que no necesariamente saben muy bien lo que es el flamenco, es la recta final de una carrera de fondo. El pasado lunes el propio presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se encargó de rodearse del apoyo del Estado en un acto que culminó con un concierto en el Palacio Real de Paco de Lucía ante 2.000 personas. Asistieron la ministra de Cultura y la de Igualdad. Junto a ellas, el respaldo decidido de otras dos comunidades que han contribuido igualmente al desarrollo de esta expresión: Murcia y Extremadura. Paralelamente, se siguen recabando apoyos en la web de la campaña lanzada para sostener la candidatura: Flamenco Soy. Perujo subraya este lema: "Es ser; no parecer, ni estar. Ser, que también tiene que ver con sentir".

Toda la intelectualidad flamenca respalda la iniciativa. Lo resume, en cierto modo, el flamencólogo Manuel Ríos Ruiz: "El flamenco es la música autóctona más importante de Occidente porque es la que tiene más variantes y una universalidad que demuestra el que los pioneros que fueron a América exportaron los espectáculos flamencos". No sólo es América. Hay datos que aparecen muy tangencialmente en el informe que son curiosos. Por ejemplo, hay más academias de flamenco en Japón que en toda España y en España hay más peñas flamencas, 430, que peñas del Real Madrid.

Así, en esa situación, era imposible que hace cinco años la Unesco aceptara el flamenco por la ventanilla ICHØ1, donde llegó a competir con el silbo canario, ya que esa ventanilla defendía patrimonios en vías de extinción. "Nunca se han vendido más discos de flamenco, ni se han estrenado más espectáculos que ahora", reseña Fermín Lobatón. La bailaora María Pagés afirma que ninguna otra danza como la flamenca está más próxima a la danza contemporánea, el flamenco vuelve a estar en la vanguardia como lo estuvo precisamente en los años 20, el de las revoluciones estéticas.

Lo explica Silvia Calado, un ejemplo del dinamismo del flamenco, que sostiene una de las pocas publicaciones digitales con éxito en la red y que lleva ya casi una década en funcionamiento, Flamencoworld: "Que el flamenco fuera rechazado en su primera tentativa de ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad fue, en realidad, una prueba de su vitalidad, pues quería decir que no era una expresión cultural en peligro de extinción. Una vez cambiado ese matiz en las condiciones de la Unesco, se nos adelantó el tango argentino pero, a la vez, sentó precedente y nos demostró que las músicas vivas, universales y en evolución, como el flamenco, también pueden ser Patrimonio de la Humanidad".

Recuerda Perujo que el tango también fue rechazado en su primera tentativa para regresar a los cinco años, como es preceptivo en el reglamento de la Unesco. Y entonces sí lo consiguió. El dossier del flamenco, según cuentan quienes lo han elaborado, es tan completo o más que el que permitió al tango acceder al inventario. "En esta ocasión hemos aprendido de los errores que pudiéramos haber cometido la primera vez. En aquella ocasión se presentó un informe muy completo del flamenco, pero apenas si se miraron los preceptos que imponía la Unesco para el reconocimiento. En esta ocasión, hemos enhebrado una presentación muy clara de lo que significa el flamenco no sólo como gran arte escénica, que lo es, sino también con su arraigo en un territorio, su proyección al exterior y no ya, tal como pide la Unesco, la justificación de respeto a las minorías, sino que es una minoría , la gitana, la que más aportó a su evolución".

En los anexos está todo los demás. Un vídeo arranca con viejos flamencos y acaba con niños, todos ellos en la calle, cantando y bailando. Es el legado. En otro apartado, por orden alfabético, figuran todos los palos flamencos, empezando por la A de alegría y acabando por la V de verdial, con una pequeña reseña de cada uno de ellos. Demuestra la inmensa variedad, que sólo hay un flamenco y, al tiempo, hay muchos flamencos, tantos como la capacidad de expresión del alma humana. También hay fotos, no muchas, una decena. Se consideran suficientes porque no son actuaciones en grandes coliseos, sino que es el Sacromonte, es el barrio de Santiago... "El flamenco no vive encerrado, el flamenco evoluciona porque está en contacto con el entorno; pero, al mismo tiempo, y también lo demostramos con 60 minutos de grabaciones, necesita de una compleja técnica. En el flamenco se improvisa, pero para improvisar tienes que estar dotado de unas cualidades, conocer los fundamentos". Y en esos 60 minutos ese jurado de 14 hombres, con o sin piedad, de la Unesco, procedentes de los cinco continentes y tocados por sus propias culturas van a poder escuchar la Niña de los Peines cantando por tangos y a Antonio Mairena por soleá. Y se incluye un mapa, una cartografía del flamenca, que se extiende más allá de las fronteras de la región, y se describe el Centro Andaluz de Flamenco como el lugar donde toda esa memoria se recopila y clasifica... "identidad, riqueza. Hemos querido realizar una descripción definitiva del flamenco". Algo que Fermín Lobatón podría resumir como un arte que "ha alcanzado tal excelencia que no es el que flamenco se fusione con otras músicas, sino que otras músicas vienen de fuera a fusionarse con él porque sienten en él la raíz y lo auténtico. ¿Qué más universalidad se le puede pedir?".

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