Emergencia en Tetuán

Marruecos dificulta el traslado de dos jóvenes quemados graves al Virgen del Rocío

  • Autoridades del país vecino vetaron la entrada de ambulancias españolas que querían llevar a los heridos al hospital sevillano

Ambulancias a su llegada al Puerto de Algeciras.

Ambulancias a su llegada al Puerto de Algeciras. / M. G.

Hubiese podido ser una admirable cadena solidaria compuesta por autoridades públicas, sociedad civil, inmigrantes musulmanes y empresas privadas para salvar la vida de un adolescente y una joven marroquí gravemente heridos la semana pasada en una explosión de gas en Tetuán en la que falleció la madre de la chica.

Pero hubo un eslabón que falló, el de las autoridades marroquíes, que si bien no impidieron el traslado, el martes, de los heridos hasta el hospital sevillano Virgen del Rocío, vetaron la entrada en Marruecos, a través de Ceuta, de las ambulancias españolas enviadas para recogerlos complicando así toda la operación. "El lado marroquí impide la entrada de dos ambulancias para transportar pacientes a España", tituló el martes por la noche el diario digital marroquí Hiba Press.

Mohamed Ahmamo es un carnicero marroquí del barrio de El Saladillo (Algeciras), hermano de Saida, de 22 años, y tío de Yassir Chakour, de 13, con quemaduras ambos de segundo y tercer grado en el 70% de su cuerpo. La madre de la joven falleció a consecuencia de la explosión.

Ambos fueron ingresados en el hospital de Tetuán, pero Mohamed Ahmamo temía que el centro careciese de medios para tratarles. Pidió ayuda a un vecino y compatriota suyo, Kamal Cheddad, presidente de la comunidad islámica del barrio. Éste se puso a su vez en contacto con el alcalde popular de Algeciras, José Ignacio Landaluce, de 59 años, médico de profesión.

"Le enseñé fotos, un informe médico y comprendió de inmediato la gravedad de los heridos", recuerda Kamal Cheddad al teléfono. Landaluce se mostró dispuesto no solo a ayudarle a traerles a España sino a que ingresaran en un hospital andaluz. Con tal propósito, contactó con Manuel Herrera, delegado territorial de Salud en Cádiz, y con Francisco Ochoa, cónsul de España en Tetuán, para que les proporcionase un visado por razones humanitarias.

A la vista de los informes médicos redactados en Tetuán, los facultativos gaditanos aconsejaron más bien trasladar al adolescente y a su joven tía a la unidad de quemados del Virgen del Rocío en lugar del hospital gaditano Virgen del Mar. La Consejería de Sanidad andaluza dio enseguida su acuerdo.

Kamal Chedad puso en marcha, por su parte, una colecta entre sus feligreses de El Saladillo para recaudar los 1.700 euros que la empresa cordobesa Socoservis pedía para desplazar dos ambulancias, un médico y dos enfermeros hasta Tetuán y traerles de vuelta a Sevilla. "Lo pudimos pagar, lo que no hubiésemos podido sufragar es una clínica privada donde nos pedían 50.000 euros a la semana y preveían que deberían permanecer ingresados seis semanas", reconoce Cheddad.

José Luis Cardona, el gerente de la pyme Socoservis, asegura que ofreció a Kamal Cheddad la tarifa más barata porque apenas cubre gastos. Balearia, una de grandes las navieras que opera entre Algeciras y Ceuta, tuvo también un gesto generoso al renunciar a cobrar los pasajes a las ambulancias, a los heridos y a sus acompañantes.

A media mañana del martes pasado la expedición llegó a Ceuta, pero una vez en la frontera se toparon con el jefe de aduana marroquí que rechazó la entrada en Marruecos de las ambulancias. Uno de los chóferes era de origen marroquí y le imploró, pero no hubo manera. Repitió una y otra vez que no les estaba permitido.

Hiba Press señala con cierta ironía que la legislación marroquí prohíbe la entrada de ambulancias extranjeras, pero no así de coches fúnebres con difuntos. Se pregunta además si en el fondo las autoridades "no se avergüenzan" de que los heridos marroquíes tengan que ser trasladados a hospitales extranjeros.

Solo había una solución: que dos ambulancias marroquíes recogiesen a los heridos en el hospital de Tetuán y los trasladasen hasta la frontera de Ceuta. El carnicero Mohamed Ahmamo se ofreció a sufragar de su bolsillo, según Kamal Cheddad, la contratación de esas ambulancias a las que la comitiva se puso a buscar afanosamente. Las encontraron y el trasvase de los heridos a las UVI móviles españolas se hizo al final en plena frontera, en medio del gentío y del atasco automovilístico.

"Menos mal que los heridos estaban sedados", comenta un algecireño que siguió de cerca la operación. A causa de este percance la comitiva desembarcó en Algeciras a las 21h.30 en lugar de las 15h., del martes.  Para ganar tiempo en su recorrido hasta Sevilla, la Policía Nacional se ofreció a escoltarla.

Pese al incidente fronterizo Landaluce está satisfecho. "Nosotros hemos hecho lo que estaba en nuestras manos desde que nos informaron del trágico suceso y de la gravedad de los heridos", comentó el alcalde. "Todo ha salido bien gracias al esfuerzo de muchas personas de buen corazón", concluyó. "Esto ha tenido un final feliz", recalca Kamal Cheddad.

No fue el martes la primera vez que las autoridades de Marruecos prohibieron el acceso a los que vienen a ayudar. Aunque al final cedió, la Aduana marroquí se negó, en un principio, a permitir, en febrero de 2004, a los bomberos de Melilla franquear la frontera con sus vehículos. Su propósito era echar una mano en el rescate de las víctimas sepultadas del terremoto de Alhucemas que causó más de 600 muertos.

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