La Junta de Andalucía recibió el pasado 2 de enero de forma efectiva la gestión de la Cuenca del Guadalquivir con un mandato principal: conseguir en 2015 el buen estado ambiental de toda la demarcación. Así lo impone la Unión Europea para todos las masas de agua continentales en su Directiva Marco. Conseguir esta meta -nada fácil teniendo en cuenta las alteraciones que ha sufrido la cuenca andaluza y el intensivo uso que de sus aguas se hace- tiene ya una traducción económica, y es que los andaluces se beneficiarían en 365 millones de euros anuales por las mejoras que implica lograr el buen estado ecológico del río.

La cifra -calculada por la doctora en Economía Ambiental de la Universidad de Córdoba Julia Martín Ortega para el proyecto de investigación europeo Aquamoney- sólo valora los beneficios ambientales que supone mejorar la principal cuenca andaluza, a lo que habría que sumar la repercusión que tendría en sectores esenciales para la comunidad como podrían ser la agricultura o el turismo. La investigación trata así de medir beneficios que tradicionalmente se han ignorado por el mercado, como el uso recreativo de la cuenca, la conservación de la biodiversidad, la mejora del abastecimiento, la repercusión que tiene en la población sus espacios protegidos, o la labor que realiza de forma natural en depuración de aguas.

El estudio elaborado por Martín Ortega, que recientemente ha premiado el Centro de Estudios Andaluces como mejor tesis doctoral de 2008, cuantifica económicamente la repercusión que tendrá en la cuenca la implantación de la Directiva Marco. Para ello, realiza una valoración monetaria de la diferencia de la utilidad de estas aguas en la actualidad y si se lograra el buen estado ecológico. La conclusión a la que llega la investigadora es que las mejoras repercutirían entre 40 y 256 euros por hogar y año. Una de las zonas más beneficiadas por la recuperación de las aguas sería el Parque Nacional de Doñana, donde se incrementaría el beneficio en 16,1 euros por hogar y año.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que trabaja actualmente en la redacción del nuevo plan hidrológico de la cuenca, acaba de valorar el estado de sus aguas, llegando a la conclusión de que aún se está lejos de conseguir los objetivos marcados por Europa.

Actualmente el 37,8% de la cuenca, de la que se abastece 3,8 millones de andaluces, no cumple con los objetivos medioambientales establecidos por la UE. Por contra, un 40,05% se ha evaluado que se encuentra en un estado bueno o muy bueno, mientras que el 22,14% se califica como moderado. La contaminación difusa, generada por vertidos y la actividad agrícola, puede considerarse como el principal problema para el Guadalquivir, especialmente en la margen izquierda, que es donde se concentra la mayor parte de la población y buena parte de la actividad agrícola.