Andalucía

La Guardia Civil detiene a dos chicos de 14 años por agredir sexualmente a una menor

  • Otro joven de Huelva ingresa en un centro de menores acusado de abusos

La Guardia Civil detuvo a última hora del pasado domingo en Palma del Río (Córdoba) a dos adolescentes de 14 años por agredir sexualmente a otra menor de 13. Fuentes de la investigación indicaron que los hechos se produjeron sobre las 19:00 y en circunstancias que todavía no han sido precisadas.

Según informaron otras fuentes, los menores vejaron sexualmente a la niña, la golpearon y agredieron con una intención sexual. La víctima tuvo que ser atendida en el centro de salud de Palma del Río y, posteriormente, hospitalizada con diversas heridas. Los arrestados, al parecer, golpearon a la víctima con un palo o un paraguas.

Una vez que tuvo conocimiento de los hechos, la Guardia Civil localizó a los dos presuntos agresores. Tras prestar declaración en el acuartelamiento del Instituto Armado en Palma del Río, los detenidos fueron puestos a disposición de la Fiscalía de Menores de Córdoba, que será la encargada de instruir el caso. Las diligencias también han sido trasladadas al Juzgado de Menores, que ha decretado el secreto de sumario.

Fuentes cercanas al caso precisaron que uno de los adolescentes implicados ha sido puesto en libertad, aunque se le imputan varios cargos. El Juzgado de Menores habría ordenado el internamiento en un centro especial del otro detenido. Mientras, la joven agredida se recupera de las lesiones provocadas durante la agresión .

También ayer, se conoció que la Policía Nacional detuvo el pasado miércoles en Huelva a otro menor, con 17 años, al que se le atribuyen diez delitos de abusos sexuales a mujeres en los últimos meses. Tras comparecer ante el Fiscal, el detenido ingresó en un centro de internamiento. Según parece, el chico sorprendía por la calle a sus víctimas, les realizaba tocamientos y se daba a la fuga. El joven carecía de antecedentes, y las descripciones de las mujeres eran poco concretas. Por ello, los policías efectuaron multitud de entrevistas, dilatadas esperas, vigilancias en los puntos más idóneos y diseñaron retratos robot, hasta poder identificarlo. Una vez localizado, el menor terminó confesándose culpable, e incluso reconoció cuatro agresiones sexuales más que no habían sido denunciadas.

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