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Montalbán

Herido grave un guardia civil tras recibir un disparo a bocajarro en el abdomen

  • El presunto agresor se atrincheró en la vivienda familiar tomando como rehenes a sus padres La patrulla quería interrogarlo tras unas supuestas amenazas a su exmujer

Fue un disparo a bocajarro, sin mediar palabra, en el abdomen. Un guardia civil del puesto de La Rambla resultó ayer herido de gravedad en Montalbán tras recibir supuestamente un disparo con una escopeta de caza por parte de un individuo que, posteriormente, se atrincheró en su vivienda durante tres horas con sus padres como rehenes. El suceso mantuvo en vilo al municipio durante las tres larguísimas horas que duró la intensa negociación emprendida por los agentes, que trabajaron a contrarreloj para que el suceso no desencadenase en una tragedia de mayor entidad.

 

Todo arrancó alrededor de las 11:00, cuando una patrulla de La Rambla acudió al domicilio paterno del presunto agresor, en la calle Ancha, en pleno centro de Montalbán, después de que su exsuegro diera parte por unas presuntas amenazas de muerte contra su hija. Al llegar al domicilio, en el centro del municipio, los agentes habrían escuchado desde la calle cómo el individuo, de 35 años y con antecedentes penales, discutía. Uno de los agentes entró al zaguán y llamó. Abrió el ahora arrestado que, apuntándole con una escopeta de caza, apretó el gatillo sin mediar palabra, explicaron las fuentes consultadas. El disparo se produjo a poco más de un metro de distancia: cuando las postas alcanzaron el cuerpo del agente el diámetro del impacto ya superaba los diez centímetros.

 

La consecuencia fue fatal para el guardia, que quedó malherido; su compañero también fue alcanzado en el brazo y el costado, aunque con lesiones leves. Fueron los propios vecinos de la zona quienes lo asistieron mientras llegaban los servicios sanitarios. "Oí una especie de disparo, me asomé y vi al guardia civil tirado en la puerta de la casa de abajo. Tenía un boquete en el vientre", intentaba describir, aún impactado, Emilio, del bar Chaquetas, ubicado junto al Ayuntamiento montalbeño. Su mujer, Emilia, lo tapó con una toalla y un saco de dormir mientras llegaba la ambulancia: "Tenía la ropa rota. Él estaba totalmente consciente y pedía que llegara la ambulancia, decía que se iba", relató la testigo.

 

Los acontecimientos se precipitaron desde ese momento. El individuo se atrincheró en la vivienda paterna y realizó varios disparos más hacia la parte trasera del inmueble, aunque no hubo más víctimas. Y, en pocos minutos, Montalbán quedó tomada por decenas de agentes pertenecientes a la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Córdoba y de puestos cercanos. Los uniformados acordonaron el centro de la localidad y prohibieron la salida de sus domicilios a los vecinos de las viviendas cercanas, mientras decenas de personas asistían en silencio al desenlace del suceso. Los residentes de las casas colindantes escucharon los gritos del arrestado en la lejanía, insultos y llantos. 

 

La tensión aumentaba conforme avanzaban los minutos. Junto a la Cruz de San Antonio, a las espaldas de la vivienda, las dos hermanas del presunto agresor se entrevistaron con los responsables del dispositivo policial, a quienes aportaron datos exhaustivos sobre la casa y el barrio. Pasadas las 14:00, cuando la entrada por la fuerza a la vivienda parecía inminente y los uniformados estaban preparados, el individuo decidía entregarse. Salió a la calle sin aspavientos, con los brazos levantados y las manos en la nuca, como los testigos pudieron contemplar en la lejanía. El padre, camionero, y la madre, regente de un establecimiento de reparación de calzado, ambos ya jubilados, salieron ilesos del suceso. El cordón policial se mantuvo otra hora más para evitar que los curiosos entorpecieran el trabajo de los agentes, enzarzados en la recogida de pruebas en el lugar del suceso. La Guardia Civil ha abierto una investigación para aclarar todos los detalles del suceso.

 

El agente herido de gravedad, originario de Córdoba capital, fue trasladado al hospital comarcal de Montilla, donde fue intervenido de urgencia. A última hora de la tarde su situación era estable dentro de la gravedad. Al centro sanitario asistieron el alcalde de La Rambla, Alfonso Osuna (IU); el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, y el teniente coronel Francisco Fuentes, jefe de la Comandancia de Córdoba, así como compañeros del herido y responsables del cuerpo, que quisieron apoyar a los familiares en estos durísimos momentos. 

 

El alcalde de Montalbán, Miguel Ruz (IU), expresó su consternación por el suceso y destacó la labor de los agentes. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno, por otra parte, informaron de que el individuo posee antecedentes penales, mientras que su exmujer había denunciado violencia de género, unos hechos por los que el juez había dictado una orden de alejamiento que no se encontraba en vigor ayer, cuando profirió las supuestas amenazas de muerte.

 

Con el temor presente, un silencio cortante se impuso en el municipio. "Es una buena familia que no se merece lo que ha ocurrido", balbuceó una mujer poco dispuesta a despejar las incógnitas para entender qué pudo llevar al presunto agresor a actuar de esta manera. Con la boca pequeña y fuera de los micros, quienes conocen al presunto agresor lo definieron como una persona "conflictiva". "Es un bala perdida", se atrevió a definir un vecino. Separado y con dos hijas, su ocupación y su domicilio eran desconocidos para muchos montalbeños desde que se separó: "Vive aquí y allá", dijeron vagamente. Otras fuentes apuntaron a sus problemas con las drogas, su carácter conflictivo y su aparente perfil neonazi, como atestiguaron las fotos con esvásticas que empezaron a circular por las redes sociales.

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