Andalucía

"Horadar un cementerio para buscar a unos y olvidar a otros no es dignidad"

  • La familia Lorca insiste en que no son partidarios de "remover la tierra", pero no se opondrán a las exhumaciones · Su deseo es que el poeta recuerde "a todos" como víctimas de una misma represión

Desde que en 1995 asumió el reto de convertir la Huerta de San Vicente en el primer centro cultural dedicado a la memoria de Federico García Lorca, ha ido ampliando responsabilidades y proyectos hasta convertirse en la imagen y principal gestora del legado lorquiano. A partir de la muerte de su tía Isabel hace siete años, su empeño no ha cesado para cumplir sus deseos: devolver el legado del poeta desde Madrid a Granada, su lugar natural, y construir un gran centro en la ciudad para difundir toda su obra. Ya está en marcha y abrirá en la primavera de 2010. Muy a su pesar, el protagonismo de la familia Lorca de los últimos meses ha estado relacionado con la Ley de la Memoria Histórica y la posible exhumación de sus restos.

-Libre ya de "ataduras", Manuel Fernández-Montesinos confiesa en sus memorias que abandonó en 2006 su puesto en la Fundación "hastiado, con cierta decepción y muy cansado"... Ahora es usted la presidenta. ¿Comparte su visión?

-Aunque han sido experiencias distintas, sí que se parecen en un sentido: uno acaba con la sensación de que devolver a Granada el legado de Lorca ha sido más difícil de lo que parecería normal. Ha requerido un esfuerzo enorme por parte de todos.

-¿Tiene la sensación de que se ha utilizado políticamente la figura de poeta?

-Creo que la propia figura de Lorca se presta a ello. Hay tanta gente que la siente tan cercana que a veces es difícil pensarlo y verlo desde su universalidad.

-¿Cuál es la imagen que la familia trasladará desde el futuro Centro Federico García Lorca?

-Creo que hay que volver siempre a lo más importante, que es la obra. Una obra que es enormemente rica, compleja y que está a disposición de todo el mundo. Desde la Fundación nuestra labor y nuestro deseo ha sido desde el principio ordenar esa obra, catalogarla y ponerla a disposición de estudiosos, de investigadores y del público general.

-En los últimos meses, la exhumación de Lorca ha acaparado titulares y se ha convertido en uno de los ejes de todo el debate sobre la Memoria Histórica. ¿Cómo lo está viviendo la familia?

-Es un asunto muy complejo. Si nos preguntan nuestra opinión sobre la exhumación de los restos de Federico, la respuesta es muy clara: nosotros, desde el principio, no la hemos buscado. Hemos considerado que la fosa es un cementerio y nos gustaría que se protegiera. Nos gustaría que la figura y la fama de Lorca sirviera para proteger ese lugar y recordar a todos como víctimas de una misma represión salvaje, sin poner en ese lugar a uno por encima de los otros.

-Está, sin embargo, el deseo de algunas familias de hallar los restos de sus antepasados para poder honrarlos. Para devolverles la dignidad...

-Comprendemos el deseo de encontrar los restos de un familiar, nos parece una postura comprensible y respetable, pero lo que hemos querido es que se oyeran nuestras razones de por qué, precisamente en ese lugar donde hay tantísimas víctimas, donde es imposible identificar a todas, el hecho de buscar a unos y a otros no también tiene algo de irrespetuoso. Antes que buscar unos huesos, unos restos, sería importante saber los nombres de las víctimas. Si estamos hablando de la dignidad de los muertos, antes está la dignidad de la persona. La persona que fue en vida está antes que unas cenizas o unos huesos.

-¿Sienten que se postura no es entendida, no es compartida?

-Al contrario, creemos que hay mucha gente que piensa y siente como nosotros y que no han reclamado los restos de sus antepasados. Estamos hablando de entre mil y tres mil víctimas. Solamente dos personas han pedido formalmente la exhumación de sus familiares. Creo que eso es bastante significativo.

-Aparte de las peticiones concretas de las familias Galindo y Galadí, enterrados junto al poeta, está el interés de los investigadores de conocer más acerca de la muerte del poeta...

-Es que poco se va a añadir a las circunstancias y motivos de su asesinato. Es algo que está muy estudiado. ¿Qué se va a saber una ubicación exacta?

-Si hubo malos tratos…

-¡Pero qué va a añadir! La pregunta es también por qué, qué necesidad hay. ¿Es tan importante saber exactamente dónde están los restos? Y cada vez parece que hay menos seguridad sobre la ubicación... Salvo la idea disparatada de que se lo llevó mi abuelo, todas las teorías son verosímiles. Por lo tanto, horadar un cementerio para buscar sólo a unos y olvidar a otros no tiene sentido. No es dignidad.

-En septiembre, como consecuencia del avance del proceso emprendido por Garzón, su familia comunicó públicamente que no habría una oposición férrea a las exhumaciones...

-Lo último que queremos es enfrentarnos a familias que han sufrido la misma tragedia que nosotros. Tampoco nos vamos a oponer a cualquier decisión judicial que se tome. Pero lo que sí creemos importante es que se sepa cuáles son nuestras razones y que no se tergiversen, algo que se está haciendo continuamente

-¿A qué se refiere?

-A querer equiparar nuestro deseo de dejar los restos de Lorca allá donde estén con querer tapar la historia, no querer removerla. Nosotros sólo decimos una cosa literal: no remover la tierra. La historia que se remueva lo que haga falta. Siempre hemos querido y facilitado todo para que se conozcan las circunstancias de su muerte y asesinato, para que no se olvide. Queremos que su figura, precisamente, sirva para no olvidar lo que sucedió. Nadie puede decir que es una postura conservadora no querer abrir una fosa y una progresista abrirla. Sencillamente, no es verdad.

-Si finalmente se abre la fosa y encuentran los restos de Lorca, ¿han pensado darle sepultura en algún otro lugar?

-No, querríamos mantenerlos donde están.

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