Iba a ser una noche más para José Rachón, de 77 años, como guardés de una de las fincas que salpican el Camino de Rocalero de El Campillo (Huelva), ubicada a unos 2,5 kilómetros del recinto romero de la localidad. Llevaba toda la vida trabajando en ella, primero y durante años con su hermano, que falleció hace unos cuantos; desde entonces, solo pero con el apoyo de sus hijos. Sin embargo, la madrugada de ayer fue la última de su vida.

Uno de sus hijos lo encontró muerto a primera hora. Su cuerpo presentaba evidentes signos de violencia. Impactado por lo que acababa de ver, puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil de inmediato. A las 8:00 el revuelo en la zona era evidente. La Policía Judicial de la Benemérita de Valverde del Camino acordonaba la zona, un camino fundamentalmente transitado por los empleados que acuden a trabajar a las explotaciones colindantes o a la vecina Riotinto Fruit.

Rachón era un hombre "bueno, amable, simpático y muy conocido", al que "nadie le conocía ningún conflicto ni ningún enemigo", recalcó la regidora de municipio.

El Laboratorio de Criminalística recogieron de la escena del crimen todas las evidencias que pueden ser útiles para dilucidar quién o quiénes han sido los autores. El juez instructor decidió decretar inmediatamente el secreto de las actuaciones, teniendo en cuenta la violencia del suceso.

Una de las líneas de investigación que se baraja es la del robo, ya que durante la misma noche también se produjo el saqueo la piscina municipal del parque de los Cipreses de El Campillo. La Policía Judicial, además de trabajar sobre la escena del crimen, trata de buscar algún testigo del suceso, alguien que pudiera escuchar algo o ver un movimiento extraño de vehículos por la zona. Por el momento, en la localidad impera la ley del silencio, impuesta por el secreto de la causa judicial y el miedo.