Andalucía

Margallo anuncia ayudas a los pescadores de la Bahía de Algeciras

  • El ministro de Exteriores aclara que la tasa de entrada a Gibraltar sólo se cobrará a los turistas

Después de una semana protagonizada por el discurso grave entre Gran Bretaña y España, parece que empiezan a asentarse un tono conciliador entre las partes pero siempre ateniéndose "el Estado de derecho", según el Ejecutivo español. Por un lado, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha anunciado que se destinarán ayudas del Ministerio de Agricultura para compensar a los pescadores gaditanos afectados por el lanzamiento de bloques de hormigón en el caladero donde solían faenar.

En una entrevista a Informe Semanal de TVE, que recoge Europa Press, Margallo aseguró que también se compensará a los pescadores con lo recaudado a través de una tasa que se estudia para gravar la entrada y salida en coche del Peñón y que podrían ser de 50 euros por trayecto. "Esa tasa de congestión no gravaría nunca a los trabajadores de cualquier nacionalidad que van a trabajar a Gibraltar o viceversa. No se trata de castigar más a unos trabajadores con una vida lo suficientemente difícil", aclaró el ministro.

En cualquier caso, Margallo ha condicionado las negociaciones sobre este asunto a que España y Reino Unido sean los países que hablen de "soberanía y jurisdicción", mientras que de pesca y medioambiente lo haga Gibraltar pero también la Junta de Andalucía. Es decir, desde el Gobierno se plantea una solución al conflicto con un foro a cuatro bandas.

Sobre este asunto, la Asociación de Trabajadores Españoles en Gibraltar (ASCTEG) no está por la labor de apoyar el cobro de la tasa los visitantes a la colonia, de forma que considera que aunque esta medida no afectará a los empleados en el Peñón, advierte de que "esto puede ser más grave que lo ocurrido en el año 69 con el cierre de la verja" y puede ser una "ruina" para La Línea.

Sobre las maniobras militares británicas de la próxima semana en Rota, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, enmarca en la "total normalidad" la presencia de buques de guerra británicos en Gibraltar y explica que negar la autorización al portaaviones que hará escala en Rota durante este despliegue sí que habría sido "escalar" en el contencioso a cuenta de la colonia, un conflicto que "no interesa" ni a Reino Unido ni a España. "Esto no es el siglo pasado, no funciona así", insiste el ministro de Defensa en la que hace un llamamiento a la "sensatez". "Ni el Gobierno británico ni el español tienen interés en que haya malas relaciones", recalca.

Según señala Morenés, el conflicto con Gibraltar se circunscribe al "cumplimiento de las leyes, tanto fiscales como medioambientales y de seguridad ciudadana", no tiene nada que ver con la soberanía ni se ve afectado por unas "maniobras militares" que "se anunciaron el 4 de junio" y se llevan a cabo desde hace tres años. Por eso, insiste en que es un "anacronismo" pretender llevar este contencioso a rango de conflicto militar. "Es que aquí estamos hablando de otras cosas", insiste, tras recordar que el conflicto diplomático surgió después de que los gibraltareños decidieran lanzar al mar 70 bloques de hormigón.

Ante esta actuación por parte de las autoridades del Peñón, que "incumplió" la ley, recuerda, el Gobierno recalcó su obligación de "exigir el cumplimiento tanto en la legislación de medio ambiente, como fiscal y aduanera", para evitar que Gibraltar sea "un nido" de ilegalidades. "Ese es el tema y nada más", recalca.

Al margen de esto, afirma Morenés, está la "visita rutinaria" que lo buques británicos harán este mes al Peñón, en el marco de un despliegue "planeado desde hace mucho tiempo" que también le llevará a otros puertos del Mediterráneo, el Adiátrico, el Mar Rojo, el Índico y la región del Golfo.

El HMS Illustrious hará escala en Rota el domingo 18 y un día después está previsto que atraquen en Gibraltar el HMS Westminster y los buques Lyme Bay y Mounts Bay. El portaaviones saldrá del puerto gaditano con dirección a La Valetta "sin parar en Gibraltar", ya que un convenio prohíbe hacer escalas consecutivas en un puerto español y en el Peñón, y viceversa.

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