Es como si llevase años preparando el discurso que pronunció ayer en Sevilla, es como si ese "chico", nacido en Barcelona y crecido en Málaga, "hijo de comerciantes y de un abuelo jornalero", es como si ese "joven", digo, hubiera soñado con ese momento desde que se afilió al PP en 1991. Ese joven, que se citó a veces tal o y otras como "chico",  que fue desgranando los hitos de su vida política, que señaló a su esposa y que dejó tres asientos vacíos del congreso para los asesinados Martín Carpena, Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión, se presentó como "Juan Manuel Moreno Bonilla" con "la firme convicción" de convertirse en el primer presidente del PP de la Junta de Andalucía. Moreno Bonilla forma parte de esta nueva estirpe de políticos españoles, jóvenes, sin vida profesional ajena a los partidos, que se han preparado a conciencia para la vida pública. Moreno Bonilla demostró en su discurso en el congreso del PP andaluz que así ha sido, una suerte de profesional de la política cuya carrera ha sido diseñada para eso. Buen comunicador, sin nervios, suelto, con un discurso bien estructurado y emotivo, aunque a veces artificial y dulzón, supo ganarse a los militantes que desde ayer asisten al  14º Congreso del PP andaluz, el congreso de una renovación generacional  que supone la llegada a la dirección del principal partido de Andalucía de un grupo de jóvenes preparados para ello, de carne hueso y, a veces, de plástico, como políticos probetas.

Juan Manuel Moreno Bonilla se convirtió en el nuevo presidente del PP andaluz. Sustituye  en el puesto a Juan Ignacio Zoido, que ha estado en el cargo sólo año y medio y que renunció a ello para dedicarse en exclusiva a la Alcaldía de Sevilla. Moreno contó con el apoyo del 98,54% de los compromisarios que votaron -hubo un 7% de abstenciones-, 10 nulos y 21 votos en blanco, que deben ser entendidos como votos contrarios porque no había lugar a votar que no. Llega a ese puesto después de haber sido apoyado por Mariano Rajoy en contra de la opinión de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que dejó bien claro con su frialdad y el escaso tiempo que estuvo en el congreso que ésta es una elección que no le sigue gustando.

Sin embargo, a pesar del malestar de Cospedal y del enfado, parece que pasajero, de la provincia de Sevilla, el PP andaluz se reencontró después de un año y medio de interinidad en el que Zoido se negó a asumir la carrera a la Presidencia de la Junta. Precisamente en ello fue en lo que más insistió Moreno Bonilla, en su voluntad de convertirse en presidente de la Junta. Efectista, dijo: "La cuenta atrás del cambio ha comenzado, Juan Manuel Moreno Bonilla será presidente de la Junta".

La nueva dirección del PP andaluz es de una absoluta renovación: son 12 miembros con una edad media de 39 años. Dolores López, alcaldesa de Valverde, será la número dos del partido, la secretaria general. A diferencia del nuevo presidente, es parlamentaria autonómica, por lo que ejercerá de portavoz del PP en los grandes debates de la Cámara. Carlos Rojas, el portavoz actual, seguirá de momento en el cargo.

Uno de los nombramientos de mayor calado es el de Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga, como nuevo portavoz del partido. Durante el mandato de Juan Ignacio Zoido, el PP careció de portavoz, sustituyó al vocero habitual por un coro de portavoces que sólo perjudicó la comunicación de este partido. Bendodo, que era cuestionado por algunos alcaldes malagueños, gana con la apuesta que hizo desde el principio por Juan  Manuel Moreno Bonilla. Él, junto al presidente de Cádiz, Antonio Sanz, fueron los defensores del nuevo líder. No obstante, Bendodo, de 39 años, tendrá que compatibilizar su nueva función con la de la Diputación. El último portavoz que tuvo el PP fue la almeriense Rosario Soto durante el último mandato de Javier Arenas. La ausencia de una comunicación eficaz ha sido uno de los grandes errores de la gestión de Juan Ignacio Zoido al frente del partido. Y la elección de Bendodo también da cuenta de la sustitución del poder sevillano por el malagueño.

La nueva dirección  supone la renovación generacional del PP andaluz. Su presidente tiene 43 años, mientras que Juan Ignacio Zoido y Javier Arenas habían nacido en 1957. Su secretaria general, Dolores López, tiene 37 años y la vicesecretaria general, la sevillana Virginia Pérez, 34 años. Carlos Rojas, es del mismo año que Juan Manuel Moreno Bonilla.

La provincia de Sevilla, que perdió su apuesta por colocar a José Luis Sanz como número uno, consigue que Virginia Pérez sea la número tres. El nuevo equipo se completa con hasta ocho vicepresidentes. Uno de ellos es el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, que se ocupará del área de economía. El de Jaén aspiró a ser secretario general y dejar la Alcaldía, aunque, de momento, estas aspiraciones parecen frustrada. También entra en la dirección una de las mujeres más cercanas a Javier Arenas: Patricia del Pozo. De hecho, ella fue quien acompañó a Arenas el día que éste tuvo que declarar ante el juez Ruz como testigo en el caso Bárcenas. La gaditana Ana Mestre, el cordobés Miguel Ángel Torrico, la malagueña Patricia Navarro, el onubense David Toscano y el almeriense José Luis Gázquez completan este núcleo duro. En total, además del presidente, la secretaria, el portavoz y la vicesecretaria, son ocho cargos que representan a las ocho provincias.

Al primer día de congreso asistieron los tres ministros andaluces -Miguel Arias, Cristóbal Montoro y Fátima Báñez-, además de la de Sanidad, Ana Mato. Para hoy está prevista la clausura del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el hombre al que el nuevo presidente le debe la clamorosa elección del día de ayer. Clamorosa menos ese 7% que algunos identifican con Sevilla.