La caja de Pandora de los supuestos casos de bebés robados en la provincia de Málaga durante los años del franquismo se ha abierto y cada día crece tanto el número de historias denunciadas ante la Fiscalía como de familias que están empezando a investigar y a buscar documentación. Ayer una decena de familiares afectados se presentaron en la Ciudad de la Justicia de la capital para dar a conocer sus casos. Seis pusieron una denuncia ante el fiscal jefe, Antonio Morales, y otros acudieron para ampliar la documentación aportada en un primer momento. Estos familiares relataron sus inquietudes: la pérdida de un hijo o hermano por una supuesta muerte tras nacer envuelto en un halo de misterio, extrañas excusas y la negación a ver el cadáver o a que la familia le diera sepultura. En España han salido a la luz centenares de casos y se estima que esos bebés no fallecieron, sino que fueron vendidos a familias adineradas del régimen franquista o a familias próximas al franquismo, ya que en ocasiones se pagaban a plazos. La Fiscalía de Málaga acumula ahora en torno a 30 denuncias, tras sumar en apenas dos días las 13 que envió la Fiscalía General del Estado.