La Policía Nacional tomaba en torno al mediodía de ayer la calle Alicante de La Bajadilla. El número 14 de la vía se llenaba de uniformes en una operación que se desarrolló rápidamente, como rápido había sido el delito que la motivaba: un secuestro exprés. Los agentes liberaban a un hombre que había sido secuestrado por tres personas y detenían a dos de estas; la operación sigue abierta en busca del tercero.

La rumorología hablaba de un tiroteo y hasta muertos en la barriada, pero el suceso no llegó a tanto. Una mujer se había puesto en contacto con la Policía por la mañana para denunciar que su hijo podía estar en apuros y los agentes se desplazaron hasta el domicilio situado en la calle Alicante. Allí se enfrentaron a los captores, tres personas que opusieron una fuerte resistencia a los agentes, con los que hubo un gran forcejeo tras el que logró huir uno de los secuestradores.

Los otros dos pudieron ser detenidos. Son dos hombres de 38 y 44 años, uno de nacionalidad francesa y otro española, ambos de origen marroquí. Uno de ellos es un delincuente considerado muy peligroso, acusado de haber intentado matar a su esposa y con una orden de detención pendiente. Este llevaba una pulsera telemática, las que se imponen en algunas ocasiones a los condenados por maltrato, y en el momento de la detención acababa de arrancársela para evitar su detección si lograba huir.

No lo consiguió. Ambos hombres fueron trasladados a la comisaría del Rinconcillo; la víctima no quiso colaborar con la Policía, afirman fuentes cercanas a la investigación, algo que apuntaría a un ajuste de cuentas entre delincuentes. Sería aparentemente un amarre en el argot delincuencial, un secuestro para cobrar.

A primera hora de la tarde de ayer el operativo se iba desmontando, a la espera solo del servicio cinológico que se llevó a un perro de raza peligrosa que se encontraba en la vivienda.