El oficialismo considera lógico lo que a la disidencia interna le parece kafkiano. Mientras Susana Díaz, consejera de Presidencia y favorita indiscutible como sucesora de Griñán, camina en paz hacia la victoria sin pelea, sus rivales, el consejero de Agricultura, Luis Planas, y el alcalde de Jun (Granada), José Antonio Rodríguez, vislumbran una pelea sin victoria que podría acabar en los tribunales. Las trabas en la recogida y validación de los 6.860 avales necesarios para convertirse en candidato consolidan la sospecha de unas primarias puramente cosméticas. Planas quiere negociar con el aparato. Rodríguez estudia ya acudir a la Justicia y paralizar el proceso hasta que se clarifiquen determinadas sombras procedimentales. 

Ambos aspirantes comparten argumentos: consideran ilógico que la Comisión de Garantías Electorales (CGE) haya aceptado sus precandidaturas sin mayores formalismos (se anunciaron en internet) pero ahora rechace la validez de los avales recibidos por correo electrónico, incluso si llegan con la documentación original escaneada. Tampoco comprenden que no se materialice el compromiso asumido por el PSOE en su XXXVIII Congreso respecto a la rebaja del listón para ser candidato del 15% al 10% de los avales. Denuncian, por último, que la Comisión se escude en el reglamento que regula las primarias para negarse a facilitar el censo (es decir, los teléfonos y direcciones de los electores, que son aquellos socialistas al corriente de sus pagos). La CGE afirmó ayer que tales peticiones "quedan fuera" del ámbito de sus competencias al "suponer un cambio en las normas vigentes aprobadas por los órganos regionales y federales". 

El equipo de Planas exprimirá la vía del entendimiento antes de sumarse a la judicial. Pero la jugada es difícil: remitir a la Ejecutiva del PSOE-A un documento con sus quejas de modo que el aparato lo traslade a su vez a la Ejecutiva federal, que podría debatirlo en la reunión que celebrará el próximo sábado. Problema: esa carta no está incluida en el orden del día, así que Planas debería recibir un doble favor de Sevilla y Madrid. 

Rodríguez, el candidato granadino, explica que la Comisión sólo acepta los avales en sobres, aunque "por internet yo ya superaría sin problemas el mínimo requerido". El alcalde de Jun advierte que la velocidad es mala consejera: "¿Quién tiene prisa en que se celebren estas primarias? Los militantes no, desde luego. Tiene que haber una urna para que la militancia vote. Lo contrario es una proclamación, no unas primarias". Rodríguez, que suspendió ayer sus actos en Málaga, admite que aún no ha tratado con Planas la posibilidad de crear un frente común en los tribunales. "En cualquier caso, sus quejas son las mismas", aclaró. 

Predomina la sensación de que "las cosas no están funcionando". Un portavoz del consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente señala que la solución sería en realidad sencilla si existiese verdadera vocación de consenso: "Maticemos el reglamento si hay errores o zonas oscuras. Eso es infinitamente mejor que recurrir a un juez para que nos diga cómo tenemos que funcionar en nuestra propia casa". 

Ajena a las miserias de sus oponentes, Díaz viajó a Jaén para firmar un acuerdo con la Diputación y reclamó después "unidad" en la reunión extraordinaria del Comité Provincial de Sevilla. La visita a Jaén tenía chicha porque allí se concentran buena parte de los críticos explícitos a la favorita. El secretario general jiennense y presidente de la Diputación, Rafael Reyes, fue de los pocos barones del socialismo andaluz que osó ausentarse de la puesta en largo de Antequera, donde Díaz esbozó un discurso calcado ayer ante sus incondicionales sevillanos: "partido sólido", "prestigiar y dignificar la política" o "página histórica del PSOE-A" fueron algunas de las frases repetidas. Reyes fue más manso esta vez. En su opinión, "el proceso de las primarias en el partido está perfectamente regulado".