La Policía finalizó ayer la búsqueda del cuerpo de Marta del Castillo en la zanja de Camas sin que se haya encontrado un solo indicio de que el cadáver fuera arrojado en este lugar próximo a la vivienda en la que residía la ex novia del asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño. Sobre las once de la mañana, poco más de veinticuatro horas después de que se iniciaran los trabajos de excavación, la tubería que canaliza el arroyo Caño Ronco quedó completamente al descubierto.

Durante las jornadas de anteayer y ayer, la Policía revisó una zanja de unos 80 metros de longitud paralela a la tubería y excavó hasta una profundidad de tres metros, dejando totalmente descubierta la tubería. Esta obra se terminó a principios del año 2009 y, según la empresa que hizo los trabajos, la zanja estaba cerrada la noche del 24 de enero de ese año, cuando desapareció Marta del Castillo. Los vecinos de la barriada de Caño Ronco aseguran, en cambio, que estaba abierta.

También se examinó el lunes un pozo situado dentro de la misma finca, que la mañana del martes apareció abierto cuando siempre estaba cerrado con un candado. Se trata de la cuarto búsqueda del cuerpo de la adolescente desaparecida, después de las que se llevaron a cabo en el río Guadalquivir, en el vertedero Montemarta-Cónica y en las inmediaciones del arroyo Caño Ronco, unos metros más arriba de donde se buscó ayer.

Para la familia se ha despejado la duda que tenían desde hace meses acerca de la posibilidad de que el cuerpo estuviera en esta zanja, ya que la ex novia de Carcaño declaró a la Policía que el asesino había arrojado el cadáver en este lugar. Ahora las esperanzas de la familia están puestas en que alguno de los implicados en el caso realice alguna nueva declaración que ayude a encontrar a Marta del Castillo.

"Estamos pendientes para ver si, de una vez por todas, alguien logra decir algo que nos lleve a saber dónde está, aunque nuestra única esperanza es la investigación policial", explicó ayer Antonio del Castillo, que ha estado presente junto a su cuñado, Javier Casanueva, durante el desarrollo de los trabajos de búsqueda del cadáver de su hija.