las claves del nuevo gobierno | los retos inmediatos de la nueva jefa del ejecutivo andaluz

Susana inicia su carrera de fondo

  • La primera semana de mandato indica que la máxima de la presidenta es no cometer ningún error Quiere gobernar durante años y dar el salto a Madrid

DURANTE su primera semana de mandato, la presidenta de la Junta, Susana Díaz (Sevilla, 1974), sólo debía respetar un principio que ya marcaron sus últimos meses en el Gobierno de Griñán: no equivocarse. Pavor le tiene a ello. Ni en el discurso de investidura ni en la elección de sus consejeros y consejeras ha cometido errores; ha limado sus formas; cuidado el lenguaje y, camaleónica, ha perfeccionado su imagen. Sólo hubo que verla en la audiencia con el Rey. Claro, que el no cometer errores se sitúa a varios escalones por debajo de la brillantez, pero su carrera, y así lo ha decido ella, es de fondo: quiere gobernar Andalucía, con IU, durante varias legislaturas, y en su partido, al que ha llegado el sosiego tras la dimisión del convulso Griñán, la respetan y creen que un día aspirará a la secretaría federal del PSOE. Si hace dos años era, junto a Mario Jiménez, el epítome de los griñaninis, su misión es despojarse del pasado. Éstas son algunas de las claves de su Gobierno. Y de su futuro.

1 Un lugar secreto, con Máximo Díaz Cano.

La presidenta de la Junta comenzó a confeccionar su gabinete el domingo pasado por la tarde. Durante la mañana, sólo habló con los secretarios provinciales y, después de almorzar, descolgó el teléfono. El lunes sólo lo dedicó a dar algunas "puntadas" antes de publicitar el Gobierno. Consiguió que no se filtraran los nombres de los elegidos, a excepción del de María Jesús Montero, que desde hace días se intuía que se haría cargo de la Consejería de Hacienda. Durante esas horas, sólo le acompañó Máximo Díaz Cano, secretario general de Presidencia. ¿En su despacho de San Telmo? No, en un lugar discreto que le ha dado resultado. No lo revelará porque volverá allí cada vez que desee tomar decisiones sin interferencias.

2. Susana 'investiga' los ERE.

Si la juez Alaya investiga el caso de los ERE, Susana Díaz y sus allegados han escrutado las familias y las relaciones de todos los elegidos con estos expedientes de regulación. Los quería limpios a todos. Una de las razones de la acelerada dimisión de José Antonio Griñán fue el caso de los ERE, y su posible imputación, el catalizador, de ahí que del Gobierno sacase a los consejeros Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo y al viceconsejero Antonio Lozano. El alayazo del martes, cuando la juez irrumpió con un auto en la toma de posesión de su Gobierno en San Telmo, es el aviso de que le va a resultar difícil zafarse del caso. En la primera rueda de prensa de su gabinete, el consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, tuvo que hacer frente a varias preguntas sobre una subvención que recibió el Ayuntamiento de Chiclana en 2003 con cargo a la partida 31L para organizar una feria de muestras.

3 Ni un 'Susanini'

Todos los consejeros y consejeras del Gobierno cuentan con experiencia política; muchos de ellos han sido alcaldes y, si no, gestores públicos. Si Díaz tiene 38 años ha elegido a un gabinete con una edad media de 53 años, el más veterano de todos los gobiernos andaluces. Unos han visto en ello una debilidad, otros, la otra máxima de Díaz: rodearse de personas de las que pueda aprender pero que no tengan mayores ambiciones políticas que ella. Nadie de los que le acompañó en Juventudes Socialista.

4 De segunda a primera división

Un ex dirigente socialista define al Gobierno así: "Éste es el banquillo que tenemos; es un equipo de Segunda División que ha ascendido a Primera, y ahora hay que darle tiempo para que se consolide en la división de honor". Díaz supo ocupar el hueco que dejaron Antonio Ávila y Carmen Martínez Aguayo con el catedrático de Hacienda Pública José Sánchez Maldonado, que protagonizó una sonora espantá cuando, siendo presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, dimitió por un escrache sindical ante su despacho. Quiso fichar a alguna personalidad de renombre, pero la política ya no es un destino atractivo para los profesionales, por sueldo y por el torbellino de acusaciones sobre la que deben navegar.

5 Montero y Luciano

Luciano Alonso, nuevo consejero de Educación y Cultura, y María Jesús Montero, de Hacienda, son los consejeros de mayor perfil político en un Gobierno político. Alonso se hace cargo de un departamento donde comienza a cundir el desencanto por los recortes, y Montero deja un sector sanitario enfadado, listas de espera y una Ley de Dependencia paralizada, si no finiquitada, déficits que trataba de aliviar con una política de comunicación que hacía énfasis en los logros científicos de la medicina andaluza. Células madres contra las esperas, aunque la satisfacción de los usuarios con la sanidad andaluza aún es alta.

6 La incógnita

Si hay consenso en que Montero es una consejera adecuada para Hacienda, hay muchas dudas sobre la capacidad de su sucesora: María José Sánchez Rubio, granadina y consejera de Salud e Igualdad. A esta psicóloga de 59 años se le reconoce su capacidad de limar asperezas, pero se hará cargo del presupuesto más importante de la Junta y con la amenaza de una restricción presupuestaria que afectará a los servicios sanitarios. La presidenta Susana Díaz considera que la Junta debe reconciliarse con sus sanitarios, pero los recortes amenazan al servicio. Si el Gobierno andaluz no logra controlar la caída de calidad y de las prestaciones en sanidad y educación, todo su discurso se vendrá abajo.

7 Pies libres a la presidenta

Susana Díaz no quiere consejeros en los despachos, sino en la calle. "Hay que cambiar hasta el modo de comunicarse con la gente, recuperar a la base del PSOE y al partido de siempre", explica uno de los nuevos consejeros. Para ello, Díaz necesita que la retaguardia del palacio de San Telmo le cubra el trabajo diario de despacho. Ahí entran Máximo Díaz Cano y el consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, que además cuenta con buenas relaciones con Izquierda Unida.

8 Lenguaje

Si la comunicación no verbal de Susana Díaz ha mejorado en los últimos meses, y sólo hubo que verla, remangada y enfatizando cada frase con movimientos del brazo izquierdo, su lenguaje oral sigue ajustándose a la cansina rutina de los políticos. Repite en exceso "nuevos tiempos", "realidad", "pasión", y no se sale del guión, aunque sepa que éste en ocasiones resulte aburrido. Cuenta una ex ministra que la libertad de expresión de un político es inversamente proporcional a la responsabilidad del cargo que ocupa.

9 La elección de un consejero solvente

Sin ser incorrecto, el Gobierno carece de figuras, a priori, brillantes. Sánchez Maldonado es un reputado catedrático, una de las personas que más saben de financiación autonómica, es el más preparado pero hay que ver cómo funciona en el día a día y cómo hace frente a los conflictos sociales asociado a su Consejería. Emilio de Llera, fiscal y responsable de la Consejería de Justicia, sí le da solidez al departamento. Su condición de no político lo convierten en el más sincero: cuenta lo que piensa.

10 Una alcaldesa dura

Elena Víboras, ex alcaldesa de Alcalá la Real, quiso ser con anterioridad consejera. Se lo había solicitado, en alguna ocasión, a Gaspar Zarrías en sus tiempos de consejero de Presidencia. Víboras, médico de profesión, es solvente, trabajadora y fue una parlamentaria eficaz. La elección de José Luis Cortecero como viceconsejero es una buena señala, ya que está considerado como uno de los mejores técnicos de la Administración. Susana Díaz quiere que el sector agroalimentario sea uno de los pilares de la maltrecha economía andaluza. La presidenta deseaba contar con varios alcaldes en su Gobierno, lo que le procuró algunos problemas porque, antes de aceptar el cargo, necesitaban encontrar un sustituto.

11 Baena

María Jesús Serrano, ex alcaldesa de Baena y nueva consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, es otra apuesta municipalista, es experta en planificación urbanística. También tiene fama de ser puño de hierro cubierto con guante de seda. Es una de las más jóvenes del Gobierno: 43 años.

12 Almería

Más que respetar las cuotas provinciales, Susana Díaz ha considerado el reparto orgánico de su partido. No hay consejeros socialistas de Huelva ni de Almería, pero no es lo mismo. La ausencia de almerienses en el Gobierno andaluz es, claramente, un error político. La provincia más oriental de Andalucía no es cualquier territorio, mira al corredor mediterráneo, su identidad andaluza es más difusa y desde que Martín Soler saliese del Gobierno de Griñán no ha vuelto a tener a un consejero, realmente, imbricado en el territorio. Además, el PSOE almeriense es un partido en retirada. Susana Díaz quiere cubrir ella misma ese vacío. El secretario provincia, José Luis Sánchez Teruel, aspiraba al cargo, pero la presidenta no quería a ningún cargo provincial de su partido.

13 Paz orgánica

Susana Díaz ha comentado a varios interlocutores que ya está harta de "peleas" internas, en las que ella se ganó la fama de ser una de las más batalladoras, acusada por sus contrincantes internos, incluso, de falta de escrúpulos. Lo cierto es que el PSOE andaluz ha sido escenario en demasiadas ocasiones de guerras balcánicas donde las facas volaban desde todos los lados. Pero, según comentan los críticos, muchos de los cuales, o casi todos ya, han optado por respetar a la presidenta, la serenidad se ha producido, realmente, con la salida de José Antonio Griñán de la Presidencia de la Junta. No obstante, a Susana Díaz le espera el segundo paso para controlar todo el partido: la secretaría general del PSOE andaluz. La corriente mayoritaria prefiere el congreso en enero o febrero, después de la conferencia política del PSOE federal. Pocos dudan de que la presidenta sustituirá a Griñán en este cargo y que será en ese congreso cuando se visualice la reconciliación entre los socialistas andaluces.

14 Y Mario Jiménez

Susana Díaz formó con Mario Jiménez el tándem de los jóvenes de José Antonio Griñán. Jiménez se ha quedado en el PSOE como vicesecretario general y mandará en el partido, debido a que no se espera un papel muy activo de Griñán. Sin embargo, el onubense corre el riesgo de quedarse descolgado. La idea inicial es que Díaz se quedase en la Junta y Mario Jiménez saltase a la Ejecutiva federal, pero, para ello, o debe celebrarse un congreso extraordinario o alguien de la dirección de Alfredo Pérez Rubalcaba debe dejarle el hueco. Según allegados a Susana Díaz, ella y Mario Jiménez acordaron la situación de ambos en una breve reunión en San Telmo en junio. No es previsible que Jiménez encabece una corriente crítica con la presidenta, pero puede quedarse en el aire si entre el congreso del PSOE andaluz y el federal transcurre demasiado tiempo. De momento, la intención de Ferraz es convocar el suyo después de las elecciones europeas de 2014.

15 Largo plazo

En reuniones durante la preparación de las elecciones primarias, Susana Díaz comentó que idea pasa por extender el ciclo socialista durante dos o tres legislaturas . Con IU, claro, porque el final del bipartidismo parece que se impone. Las relaciones con el nuevo coordinador de la federación de izquierdas, Antonio Maíllo, no son malas, aunque IU aspira a conquistar mayor poder en el Gobierno. Digamos que su vocación no es ir siempre de segundones. Por eso, la planificación de Susana Díaz tiene plazos más largos. Ahora bien, casi todos los consultados admiten que si a la nueva presidenta no le sale mal su gestión en Andalucía y gana una o dos elecciones autonómicas, puede aspirar a la secretaría federal del PSOE e, incluso, a la candidatura a la Presidencia del Gobierno. Sí, puede parecer descabellado, pero ¿quién pensaba en mayo que Susana Díaz se iba a convertir en presidenta de la Junta con un apoyo mayoritario de su partido en el mes de septiembre? Al fin y al cabo, dentro de siete años, Díaz tendrá 45 años y, posiblemente, contará con más experiencia que Carme Chacón, Eduardo Madina o Patxi López, y vista su evolución puede superar todos sus déficits de formación.

16 La relación con Pérez Rubalcaba

Aunque Susana Díaz fue la representante de Carme Chacón en Andalucía en el último congreso federal, el que ganó Alfredo Pérez Rubalcaba, lo cierto es que s conversión al chaconismo fue tardío, algunos en su partido mantienen que inducido por José Antonio Griñán. Desde entonces, Díaz y Chacón mantienen excelentes relaciones, pero Rubalcaba no mira con recelos a la nueva presidenta andaluza.

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