Andalucía

Desde la amnesia a la coartada

  • Isabel García apenas recordaba detalles del 13 de enero de 2008 hasta que delató a su marido cuando fueron detenidos por la Policía Nacional en Cuenca · La mujer del pederasta ha cambiado físicamente.

Desde que fue detenida e interrogada junto a su marido en Granada (17 de enero de 2008) hasta su primera declaración ante el Juzgado de Instrucción 1 de Huelva (30 de abril de aquel año), en el que recayó la investigación, Isabel García pasó de la amnesia total a la recuperación progresiva de la memoria, hasta llegar a dejar al descubierto a su marido.

En Granada sólo recordaba que se quedó dormida sobre las 14:50 de aquel negro 13 de enero para la familia Cortés y que se despertó aproximadamente a las 16:00. En las dos declaraciones que realizó posteriormente -primero en Cuenca (donde delata a su marido) y después en Huelva- fue sumando detalles que han llegado a ser cruciales para la inculpación tanto de su marido como de su cuñada, a la dijo que no llegó a ver en todo el día pero a la que colocó como cómplice.

Después de comer, a las 15:05 (lo recordaba, según su declaración, porque acababan de comenzar las noticias de la Primera), se retiró al dormitorio a echar una siesta. Su marido ya estaba durmiendo. Al cuarto de hora se despertó y Santiago no estaba en la habitación (en la declaración de Cuenca no supo precisar qué tiempo había transcurrido). Lo buscó en la cocina y en el salón y no lo encontró.

Después, llamó a la puerta de Rosa y no tuvo contestación, por lo que aseguró que la cuñada no estaba en la casa porque solía tener la radio o la televisión del cuarto encendidas. Sobre las 16:30 se abrió la puerta de la casa y entró Santiago en el cuarto. El pederasta le comentó que venía del campo de dar una vuelta, cerca de la fuente próxima al centro comercial Carrefour y se fijó que traía las botas manchadas de barro amarillo. Entonces, siempre según la declaración de García que consta en la causa, Santiago le propuso dar una vuelta. El matrimonio cruzó la avenida de las Flores, salió por la asociación de vecinos hacia la avenida de Andalucía en dirección a la fuente y, en el paseo su marido le pidió dinero en dos ocasiones para comprar agua. Tenía la boca seca, dijo entonces.

De repente, el pederasta decidió volver a la casa. "Él es el que hace los planes, yo limpio la casa" comentó en aquella ocasión. En el camino de vuelta, le lanzó un mensaje de advertencia: "Si hay algo raro o te pregunta la Policía, tienes que decir lo que yo te diga. Ten cuidado con lo que hablas -le advirtió a la mujer-; si yo voy a la cárcel te arrastro a ti también. Si declaras en mi contra, cuando salga te buscaré hasta debajo de las piedras y no vas a quedar viva".

Según su esposa, Del Valle había escrito el guión que había que seguir: que salieron de la casa sobre las 16:45 y estuvieron por el centro de Huelva.

Sin embargo, cuando la mujer se vio con el agua al cuello en Cuenca (donde el matrimonio se había trasladado a vivir tras la desaparición de Mari Luz), contó a los investigadores que Santiago aquella tarde se quitó las botas y las metió en la lavadora, algo que Isabel admitió que le extrañó. Dio al menos dos lavados al calzado y, mientras tanto, a iniciativa del pederasta hicieron lo mismo con la ropa que él llevaba puesta, salvo el chaquetón (un pantalón vaquero y una camisa verde a cuadros). "Lavé las botas dos o tres veces porque soy así de limpio", llegó a decir con ironía el presunto asesino en uno de los interrogatorios a los que fue sometido durante la instrucción.

En octubre de 2008, Isabel García comenzaba a dar marcha atrás respecto a todo lo manifestado anteriormente, tanto ante la Policía como ante la juez en sus cuatro anteriores declaraciones. En aquella segunda comparecencia judicial y quinta declaración desde la desaparición de Mari Luz, exculpaba al pederasta. "Mi marido es inocente, todo me lo he inventado", se esforzó en repetir.

El giro llegaba después de cinco meses de internamiento en el módulo psiquiátrico de la prisión de Sevilla II (fue el 30 de abril cuando compareció por primera vez en el juzgado onubense), tiempo en el que cruzó correspondencia y mantuvo conversaciones telefónicas con su marido, que desvinculó de cualquier tipo de coacción o aleccionamiento por parte de su éste.

Las declaraciones que ha realizado durante la investigación la esposa de Santiago del Valle sacaron a la luz una mala y casi inexistente relación entre las cuñadas: "Rosa es lesbiana y quiero mantener las distancias".

Isabel García no vio a Rosa en todo el día, no escuchó ningún ruido en la habitación (para llegar al dormitorio de Rosa desde la calle hay que pasar por delante del suyo) ni tampoco que su marido fuera a buscarla para pedirle que la llevara en coche hasta las inmediaciones del centro comercial, punto en el que supuestamente dejó a Santiago y desde donde se dirigió hasta el Estero del Rincón.

A pesar tratarse de un testigo ciego, situó a la hermana de Santiago como cómplice en la muerte de Mari Luz. "Creo que debió hacerse dentro de la habitación y con la puerta cerrada. Santiago engañó a la niña y Rosa es cómplice... sabe mucho y está ocultando algo". Fueron las acusaciones directas que Isabel García realizó contra los hermanos del Valle en la instrucción, de las que ahora se desdice.

Los giros en las declaraciones de Isabel García en estos tres años han ido acompañados también de cambios en el aspecto físico, como dan muestra las fotografías de sus comparecencias y de la entrevista.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios